ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇᴄᴇ

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Después de ese día, donde Cyno le rompió el corazón a Tighnari, quien pensaba que por fin había florecido algo entre ellos, cada mañana al llegar a la secundaria se encontraba un nuevo pin sobre su mesa, de distintas flores. Tighnari colocaba aquellos pines florales en su mochila, adornando esta misma, pero al verlas sentía como su pecho se hundía y volvía ese dolor, tal como lo sintió cuando se encontraba llorando desconsoladamente en el piso. Esa semana se sintió muy apagado, sin embargo, no podía descuidar sus calificaciones o el consejo estudiantil, entonces daba el doble de esfuerzo para mantener todo en orden.

(🌻)

Ya era viernes, por fin iba a terminar esa semana que parecía no acabar nunca. Aether fue a hablarle a Tighnari, como siempre hacían unos minutos antes de las reuniones del consejo, se sentó a su lado y abrió un paquete de galletas para compartirlas con su amigo.

— Come, algo dulce te dará energía. — Le dijo suavemente, sabía que estaba pasando por un mal momento. — Estaba hablando con Nilou en el receso y me dijo que veía a Cyno algo más decaído que de costumbre.

— No entiendo que tiene que ver, quizás es por problemas de él. — Respondió seco, agotado y un poco malhumorado, aunque aceptó las galletas y le agradeció.

— Tighnari, quizás se siente solo...

El mencionado sentía la mirada de su amigo sobre él, mientras que su vista estaba posada en sus manos, estaba tan cansado de pensar y pensar las cosas y solo terminar ilusionándose para nada.

— Nari, ¿y si vas a hablarle?

— ¿Ahora mismo?

Ya habían pasado unos días, pero aún no tenía el valor de enfrentarlo de nuevo, seguía mirándolo de lejos, cada vez de más lejos.

Soltó un suspiró y se levantó de su asiento, le dijo a Aether que se encargara de la reunión y salió del aula del consejo estudiantil, tras cerrar la puerta detrás de él, comenzó a dudar si era buena idea ir a hablarle tan pronto, no le parecía la mejor opción, pero no podía negar que cuando le hacía caso a Aether las cosas salían medianamente bien. Caminó por la secundaría buscando a Cyno, primero buscó en ese rincón que parece ser su lugar favorito, no estaba ahí, pensó que podría estar en la cancha de Basquetbol practicando, tampoco estaba ahí. Estaba a punto de rendirse, lo más probable es que ya se haya ido a su casa para ese momento, antes de regresar con el consejo, dio una última vuelta, más tranquilamente. Pasando cerca de la entrada, vio a una persona al otro lado de una valla, acostado en la sobra de un árbol, parecía estar durmiendo, el hibrido se fijo en quien era y se sorprendió al darse cuenta de que era Cyno, ¿desde cuando le gustaba tanto la naturaleza?

— ¡Oye! — Intentó llamar su atención, sin dar resultados, y era de esperar ya que el peliblanco tenía sus audífonos puestos. — Cyno.

Seguía sin obtener una respuesta de su parte así que su única opción fue pasar sobre la valla y acercarse a él, al llegar a su lado miró hacía abajo, donde se encontraba el moreno y, en efecto, estaba dormido. Pensó en una manera de despertarlo lo más suave posible, pero parecía que tenía el sueño pesado, se agachó y le quito los audífonos, se sintió algo nervioso al volver a estar tan cerca de él, su corazón se aceleraba como si hubiera olvidado que hace unos días lo había rechazado cruelmente.

— Cyno... Cyno, no puedes estar aquí.

— El césped es cómodo. — Respondió cuando lo logró despertar, al parecer aún no notaba quien le estaba hablando.

— La valla está para que no pasen para allá.

Cyno abrió sus ojos, algo cegado por la luz, se sentó y lo miró, soltando un "Oh, Tighnari..." algo nervioso mientras se acomodaba el cabello, aclaró su garganta y sacó su celular para pausar la música, aunque su intención principal era evitarlo. Sin embargo, Tighnari se sentó a su lado sobre el césped, se sentía algo mal por "romper las reglas", pero tampoco era tan grave.

— ¿Podría escuchar música contigo? — Preguntó el pelinegro con una cálida sonrisa, la cual contagió al contrario con esa extraña tranquilidad y le extendió una parte de sus audífonos y volvió a darle play a la música.

Ahí se quedaron hasta que sonó la campana marcando el final de los entrenamientos de los distintos clubs de deporte y las actividades artísticas, los dos solos, sin que nadie más los moleste, aunque casi ni hablaron en todo ese rato, solo se acompañaron mutuamente. Cyno se levantó para irse a su casa y el hibridó se levantó junto a él, deteniéndolo antes que se fuera.

— Los pines... ¿Por qué? Solo quiero saber porqué me los sigues dando.

— Es mi manera de pedir perdón, no soy bueno con las palabras. — Respondió sin mirarlo, Tighnari le disgustaba tanto esa actitud, hacía todo para evitarlo y pensaba que él era quien estaba huyendo del problema. — Permiso, me voy.

Tighnari fue a buscar su mochila para también irse a casa, aunque no salió como esperaba, estaba bastante alegre por ese momento de tranquilidad que pasó con él, tenía claro que las cosas no se iban a solucionar de un día a otro.


··–— 🪷 —–··

Capitulo tranquilo mientras la autora está en cama enferma 😭

LOS PINES! Bueno- son una referencia a los accesorios que tiene Tighnari en su vestimenta, tiene un girasol adelante y en la espalda tiene dos flores pequeñitas jiji

Muchas gracias por el apoyo y por la gente nueva que me sigue, podrían hacerlo si quieren estar más atentos a los avisos que doy! Tengan lindo día/tarde/noche ♡

¿𝐐𝐮𝐞́ 𝐯𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐦𝐢? - 𝐂𝐲𝐧𝐨𝐧𝐚𝐫𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora