¡El cumpleaños de la pulga!

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- Buenos días ale...gría.

Mi hermano mayor había irrumpido en mi habitación, era temprano y él recién llegaba - su corbata desatada y las ojeras me lo confirmaron - paseó sus bonitos ojos color café por todo mi outfit, enseguida se cruzó de brazos y alzó una ceja. Jin siempre fue sobreprotector conmigo, soy su pequeña princesa cómo él dice.

- ¿A dónde vas tan temprano?

Su tono autoritario me daba gracia, se veía tan lindo abultando sus labios, parecía más bien un niño haciendo berrinche y no un adulto.

- A una fiesta en...

- Ah, no, jovencita - refunfuñó tomando mis hombros sarandeándome como maniático - ¿Qué dijimos sobre las fiestas? Apenas acabas de comenzar el nuevo curso.

- Iba a decirte que...

Le explicaría, pero como siempre lo hacía, me interrumpió.

- La la la la la - se tapó los oídos balbuceando incoherencias que me estaban haciendo perder la cabeza, le quería pegar con un zapato.

¿Quién era el mayor aquí? Porque Jin no parecía serlo en ese momento.

- ¡El cumpleaños de la pulga! - grité a todo pulmón, en el proceso se me desgarraron las cuerdas vocales, por Dios.

Parecía Lixue en modo King Kong.
Dejó caer los brazos a cada lado de su cuerpo y volvió a enaltecer su ceja, en algún momento se le enredaría con la raíz de su cabello.

- Y ahí vas de mentirosa otra vez, Yeonjun cumplió años hace una semana.

- Pero no tuvo una fiesta - defendí a capa y espada mi salida, no podía retrasarme más.

Aún debía hacer algunas cosas antes de ir a casa de Yeonjun - cómo comprar bebidas y snacks - cabe recalcar que Chanbing me ayudaría con todo o si no le golpearía - ese había sido mi ridículo chantaje hacia su persona.

- No me gusta que salgas por ahí tanto tiempo - bufó arrancándose la corbata y tirándose luego a mi cama, se veía agotado, bastante a mí parecer.

- Lo dice el que se va en la mañana y regresa al día siguiente - reclamé tirándole un calcetín a la cara, lo olfateó y luego me lo tiró de vuelta.

- No discutiremos otra vez sobre lo mismo.

- Jin yo sé que...

- Lárgate a la maldita fiesta, Lixue - cubrió sus ojos con su antebrazo, no me gustaba verlo así de exhausto.

Mi hermano me ocultaba algo, no era normal que tuviera tanto trabajo en éstos días. Pasaba la noche en la empresa de nuestros padres y luego regresaba a casa con apariencia de oso panda, los círculos oscuros alrededor de sus ojos expresivos hacían contraste con la palidez que reinaba su tez, parecía tener anemia. ¿Acaso se estaba alimentando bien?
Comencé a - literalmente - odiar a mis padres por su abandono. Después que se marcharon al extranjero, por sus trabajos dejándonos solos aquí en ésta enorme mansión fría.

No solo la casa se sentía vacía, me habían cambiado a mí hermano. Jin no era así, jamás le ví tan sobrecargado, enojado o peleón. Y eso era lo que en verdad me estaba cabreando. No le dí mucha importancia al asunto de mis progenitores, total, a ellos siempre les interesó más sus negocios que sus propios hijos. ¿Por qué decidieron tenernos en un principio si no se iban a ocupar de nosotros?

Aprendí a no tenerlos presentes, pero Jin, mi hermano ha estado ahí en cada momento. Me ayudó a montar la bici, se ocupaba de que ingiriera mis seis comidas diarias, peinó mi cabello en muchas ocasiones y aunque su especialidad eran dos coletas con déficit de adecuado nivel, me tiraba a sus brazos y le agradecía por hacerlo por mí. Veló mi temperatura cuando estaba enferma y programaba alarmas para no olvidarse de mis medicamentos.

IMPERFECTOS // JEON JUNGKOOK; BTS (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora