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— ¿Taehyung? ¿Qué haces aquí?— escuchó la voz de su madre a sus espaldas. 

— Eso te digo yo a ti. ¿No deberías estar trabajando?— contraatacó, todavía sintiendo como el corazón le bombeaba a un ritmo frenético. 

Su madre frunció el ceño y lo miró detenidamente, acercándose con cautela para agarrar sus mejillas y voltear su rostro hacia un lado. Taehyung tenía un gran moretón expandiéndose por su pómulo derecho. 

— ¿¡Qué te ha pasado!?— exclamó ella toda preocupada, llevándose las manos a su propia cara para poder taparse la boca con asombro y preocupación reflejado en sus pupilas. 

— Nada, un incidente— se excusó sin más, dirigiendo su mirada a otro lugar. No podía mentir a su madre mirándole a los ojos— ¿Por qué estás aquí? ¿Ha ocurrido algo?— intentó persuadirla, cambiar de tema para no darle explicaciones.

— Ha habido un cambio de planes en el último momento y los jefes del equipo nos mandaron a casa porque...— interrumpió su propio discurso cuando se percató de que su hijo sólo quería librarse de tener que responder a su pregunta—  Eso no importa ahora. Yo te he preguntado antes. ¿Qué haces aquí y qué narices ha pasado?— su tono era firme. 

Taehyung respiró hondo y comenzó a explicar el suceso con detalles pero de tal forma que su madre no se enfadara con él por lo que había hecho. 

Ella siempre le decía que hablando se solucionaban las cosas y debía enfrentarse a los inconvenientes con madurez, como un adulto. Pero él no estaba del todo de acuerdo con eso. Los adultos no hablaban las cosas casi nunca. Siempre se echan la culpa los unos a los otros, se pelean, se gritan y ni siquiera se disculpan cuando saben que están equivocados. Sólo se dedican a ignorarse hasta que se les olvida lo ocurrido o hacen ver como si nada hubiera pasado. 

— No me lo puedo creer— la mujer se echó las mano a la cabeza, incrédula por lo que acababa de oír. 

No podía entender cómo su hijo se había podido ver involucrado en una pelea. Es verdad que tenía sus problemas, que se irritaba con facilidad y que su paciencia era casi nula, pero él nunca pegaría a nadie. 

— ¿Le has hecho mucho daño?— no obtuvo respuesta, sólo una mueca del castaño que indicaba resentimiento— ¡Podrían llegar a denunciarnos, Taehyung!— vociferó con rabia, preocupación y cierto miedo. 

— Mamá...— intentó excusarse, dar explicaciones, pero no era bueno expresando sus sentimientos y no supo cómo disculparse por lo sucedido. 

"No se preocupa por ti", canturreó la voz que tanto lo había estado persiguiendo. 

— Cállate ya, joder— gritó en voz alta sin percatarse de ello, dejando a su progenitora totalmente espantada.

"Sabes que tengo razón. Venga, no lo intentes negar. Ni siquiera te ha preguntado si tú estabas bien", escuchó una risa espeluznante retumbando en sus oídos. 

Taehyung enfureció, planteándose lo que acababa de escuchar, recordando que le había preguntado antes por el estado del otro chico que por el suyo. Quizás tenía razón.

— Entiendo que estés enfadado y conmocionado por lo que te ha pasado en el instituto, pero ese no es motivo para alzarme la voz y hablarme de esa manera— vio una mirada de decepción en sus ojos, una mirada que no había contemplado antes en toda su vida. 

"Ya no te quiere"

Su mandíbula se tensó, sus manos se cerraron en dos grandes puños a los costados de su cuerpo y las lágrimas al borde de sus ojos, amenazando con caer tras sus mejillas, lo hicieron sentir de una forma tan desagradable que pensó que se estaba muriendo.

Schizophrenia | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora