ೃ⁀➷ ׂׂૢ𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟕 ೃ⁀➷ ׂׂૢ

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Al día siguiente de encuentro que tuvimos me desperté en el sótano nuevamente, al parecer él se había encargado de anestesiarme para que no despertara mientras bajaba, no me intereso aquello, mi mente se ocupó en pensar en mis padres, me había olvidado completamente de ellos y de Finney, no sabía cómo se encontraban o si seguían vivos, realmente espera que se encontraran bien.

Me replantee todo lo que ha ocurrido desde que llegue aquí, todo lo que había pasado con...Ethan, de una forma retorcida lo extrañaba, no entendía como después de todo lo que el me hizo, había adquirido sentimientos por el que seguían presentes en mi vida, sabia que sentía algo por el raptor, pero Ethan ocupaba mucho mas que mi mente, ocupaba mi corazón, cuerpo y alma.

Ethan, el había entrado en mi vida y corazón de una horrible forma, vivo con el constante recuerdo de como me arrebató la inocencia ese día en el prado, la forma depravada en la que me tocaba y rompía mi alma en mil pedazos, como cada vez que nuestras familias se juntaban el volvía a cometer esos horribles actos, a medida que crecía el miedo y asco desaparecieron y se convirtieron en sentimientos, cuando me tocaba ya no sentía asco, sentía placer y satisfacción y rezaba para que nuestras familias se juntará nuevamente para que el volviera a tocarme como lo hacía, algo demasiado retorcido.

El Raptor, el tampoco entro en mi vida de una bonita manera, al principio lo aborrecía y solo quería salir de este lugar pero con el paso del tiempo y lo que iba naciendo entre nosotros me fueron confundiendo hasta el punto en el que no sabía si quería quedarme y continuar con nuestro juego o volver con mi familia y retomar mi vida, él se metió en lo más profundo de mi piel, no sabía hasta dónde podía llegar lo que teníamos, a pesar de todo tenía miedo de nunca más poder salir sea viva o muerta.

− ¿en qué piensas tanto mocosa? −me sobresalte al escuchar su voz, estaba recargado en la parte de enfrente, yo le di una corta mirada y volví a mirar el suelo−no me gusta que me ignoren

−pues entonces vete, nadie te obliga a quedarte acá−dije seca, no estaba de humor para nada, a el no le gusto mi respuesta ya que me tomó del cuello agresivamente.

−que mierda te sucede mocosa, ayer estabas de lo más bien−percibí desesperación y confusión en sus ojos.

−no es de tu incumbencia y te pediré por favor que me sueltes y te vayas, no te quiero acá ahora−dije sin expresión, realmente ni yo entendía que me pasaba, era como si todas mis emociones se hubieran ido.

Él se quedó unos segundos analizándome y al ver ningún rastro de alguna emoción o que estuviera mintiendo, me soltó bruscamente, no logre mantener el equilibrio y caí encima del colchón en un golpe seco.

Cuando salió pude soltar el aire que tenia retenido por el dolor, los cortes que me había hecho me ardían y algunos volvieron a sangrar por lo que me dirigí al baño para mojar los corte y limpiarlos, todo esto se empezaba a sentir como una pesadilla nuevamente.

Escuche como se abría nuevamente la puerta, cansada me acerque a reclamarle, pero me lleve una sorpresa al verlo con grilletes en las manos, el miro en mi dirección y tiro los grilletes para cercarse a mí, por alguna razón no podía moverme, tal vez sea el miedo que me recorría por todo el cuerpo.

−hasta aquí llego mi compasión contigo, ahora si empieza tu verdadera tortura−hablo enojado, me tomo bruscamente de los brazos, yo me movía desesperada entre sus brazos−deja de moverte o todo será peor.

− ¿qué estás haciendo? −pregunte en un susurro, el miedo y las lagrimas no me dejaban hablar correctamente.

−lo que debí hacer desde un comienzo−sus palabras se escuchaban serias, no me di cuenta en que momento me había puesto los grilletes en las muñecas.

Busque desesperadamente una forma de salir hasta que me percate de que la puerta se encontraba abierta, aproveche el momento en el que se agacho para poner uno de los grilletes en mi tobillo y lo golpe en el pecho empujándolo un poco lejos de mí, corrí rápidamente con dirección a la puerta, cuando estaba por llegar sentí como algo tiraba de mis muñecas, se me había olvidado la existencia de las cadenas que tenían los grilletes...Estaba acabada.

−eso lo pagaras muy caro−dijo tomándome del pelo, este sería mi final.

Bruscamente me tiro contra la pared y engancho las cadenas a la parte superior de la pared haciendo que mis brazos queden completamente estirados y prosiguió a hacer lo mismo con mis tobillos, cuando estuvo listo se alejo unos pasos y sin esperarlo impacto su mano en mi mejilla, sentí el ardor recorre la mejilla, repitió la acción con la otra mejilla.

−p-para por favor−rogué entre llantos, sabia que no iba a parar pero tenia que hacer el intento.

−tu te lo buscaste muñeca, te dije que habría consecuencias−dijo con una sonrisa psicópata, volvió a golpearme la mejilla, pero esta vez aun mas fuerte que las anteriores.

Sentí como se detuvo y salía del sótano, no podía verlo ya que tenia la cabeza en dirección al suelo, pequeñas gotas de sangre salían de los golpes, creí que se había acabado, pero estaba muy equivocada, el había vuelto, pero con un látigo en las manos, sabía muy bien que no era para recrear las 50 sombras de grey.

Levante el rostro y lo mire con miedo, el solo me veía fijamente disfrutando de mi dolor.

−no lo hagas te lo suplico, con eso no−dije aterrada, nunca había sentido tanto miedo como ahora.

−lo siento muñeca, pero esto recién empieza−luego de decir aquello me golpeo con el látigo en el área de la costilla, arrancándome un grito de dolor.

Continuo así por unos 10 minutos más, mi cuerpo ya no resistía más y él lo noto, en cualquier momento caería desmayada por el dolor, no podía sostener mi cuerpo y mi polera estaba completamente manchada de sangre.

−creo que tuviste demasiado por hoy, te daré un descanso hasta mañana−dijo sínicamente soltándome de los grilletes, no me pude sostener y caí al suelo, mi cuerpo no tenia fuerzas para nada−nos vemos, descansa para mañana.

Y con eso salió del sótano, me mantuve un tiempo en el suelo hasta que reuní fuerzas y me levante como pude, camine en dirección al "baño" y me saque la polea para limpiar las heridas que el había hecho, con tan solo rozar las heridas me invadía un dolor y ardor, como pude limpie todas las heridas.

Me acosté lentamente en la cama tratando de no pasara llevar bruscamente una herida y cuando estuve en la posición más cómoda trate de no hacer ningún movimiento, deje que lagrimas salieran, esto se había convertido en un infierno y no sabía si saldría con vida.

𝑬𝑺𝑻𝑶𝑪𝑶𝑳𝑴𝑶 // 𝑬𝑳 𝑹𝑨𝑷𝑻𝑶𝑹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora