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Diciembre en resumen era regalos, mucha comida y estar con las personas que queremos, pero algunos no celebraban por estar enfermos.
Lamentablemente este era el caso de Jennie.
Lisa despertó al lado de su mami pero algo estaba mal, estaba muy calentita y notaba que la castaña tenía la nariz rojita al igual que uno de los renos de santa.
Según entendía la minina, eso era una prueba de que estaba resfriada...tal vez no debió insistir tanto en jugar al día anterior con la nieve del parque porque no había recordado que mami era sensible al frío.
La menor salió en silencio para no interrumpir el sueño de la mayor y buscar a su nana, no tardó mucho en encontrarla pues la mujer estaba preparando el desayuno.
-Buenos días nana..
-Buenos días Lisa, ¿por qué despertaste tan temprano?
-Nana...mami esta resfriada por mi culpa y no sé como ayudarla -dijo la menor bajando sus orejitas con un pequeño pucherito en sus labios.
La mujer sonrió enternecida y acarició la cabeza de la menor.
-No es tu culpa, pero si quieres puedes ser la enfermera de la señora Kim, dentro de un rato debo irme así que te dejare escrito que debes hacer.
Y Lisa sonrió al saber que ahora sería ella quien cuidará de mami.
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Jennie despertó sintiéndose terriblemente mal, le dolía la cabeza, su garganta estaba seca y apenas y podía respirar.
Intentó sentarse en la cama he ir a buscar a su bebé por si estaba resfriada al igual que ella pero la puerta se abrió dejando ver a Lisa, pero su garganta se secó aún más al ver cómo estaba vestida.
Utilizaba un uniforme de enfermera que dejaba ver sus muslos, el disfraz era ajustado a su cuerpo, unos zapatos con plataforma y el típico gorrito de enfermera.
Jennie trago aún en shock al ver cómo estaba vestida su inocente gatita.
-Buenos días mami, nana preparó el desayuno y me dijo que te lo trajera -dijo acercándose con una bandeja.
Sin embargo, Jennie seguía en su mundo mirando los lechosos muslos de su bebé, si seguía mirando tendría que encerrarse en el baño y no precisamente para hacer sus necesidades.
Tomó el desayuno y suspiro al ver que Lisa salía de la habitación, ¿de donde diablos la menor había sacado ese disfraz de enfermera?, sabía que los híbridos entraban en celo en la primavera, y además no era capaz por más ganas que tuviera de hacerla suya en esos momentos...no quería lastimar a Lisa, aunque estaba consiente que debía ayudar a su pequeña cuando entrará en celo.
Regresó a la realidad cuando Lisa le colocó el termómetro en la boca y retirar la bandeja dejándola en la mesita de noche.
Después de un tiempo le quito el aparato de la boca mirando su temperatura.
-No es muy alta, pero debes tomar una medicina.
Sin embargo, Jennie solamente miraba sonrojada a la menor.
-Lili, ¿de dónde sacaste ese disfraz? -preguntó finalmente.
-Seulgi lo envió por correo, le mencioné que estabas resfriada y dijo que el traje te ayudaría...¿o no es así? -preguntó algo insegura bajando sus orejas.
Jennie sonrió enternecida, luego mataría a Seulgi por esto, ahora debía de aprovechar a su bonita enfermera.
Lisa la estuvo cuidando todo el día, dándole sus medicinas, brindándole la comida que pedía y dándole besitos cuando "se sentía un poquito mal y necesitaba besitos para recuperarse".
En la tarde, cuando Jennie estaba dormida, se transformó en gatita y se acurruco junto a su mami, quien al tener un poquito de fiebre estaba tibio y acogedor pues hacia algo de frío.
Jennie al día siguiente estaba mucho mejor pero ahora Lisa era quien tenía el resfriado.
Tal parecía que la enfermera ahora sería la mimada paciente de la castaña.
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