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Jennie sentía una gran ansiedad.
Una que podía llevarla al borde de su cordura.
Ya había pasado una hora y no tenía noticias de Lisa, los demás estaban a su lado de la misma forma, bueno, los humanos, porque los híbridos estaban jugando a algo que sinceramente nadie les colocaba mucha atención.
Sintió sus manos en sus hombros, mirando que a su izquierda se encontraba Namjoon y Seokjin con una pequeña sonrisa y a la derecha Seulgi con su típica poca expresividad.
-No debe de colocarse de esa forma señora Kim, verá que unas horas todo esto habrá acabado y estará con Lisa -mencionó el chico castaño.
-El chico tiene razón Jennie, sabemos que fue lo que dijo Seungwan y no es fácil, es complejo pensar que puedes perder a alguien de la cual depende tu felicidad.
Los cuatro adultos observaban a los híbridos jugar en el pasillo siendo un poco callados para no molestar a los demás pacientes.
No se separaron pues era mejor darle apoyo a la castaña quien parecía ansiosa.
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Hora, y horas y más horas pasaron y no tenían respuestas.
Los demás fueron a almorzar pero Jennie se había negado pues no pensaba dar un paso lejos de aquella sala de espera.
Reaccionó cuando vió un pastelillo y un jugo de naranja estuvo frente de ella, los cuales eran sostenidos por una dulce ardilla quien sonreía ampliamente, los tomó agradeciendo y comiendo de a poco observando a la ardillita correr a donde estaban los demás híbridos.
Cuando estaba a poco de entrar en una crisis, un doctor había aparecido por el pasillo quitando su cubrebocas y sus demás implementos.
-¿Acompañantes de Kim Lalisa? -preguntó observando a su alrededor.
Lo que el doctor no esperaba era ver a tantas personas he híbridos rodearlo no menos de diez segundos.
-Yo soy su dueña, ¿como están? -preguntó rápidamente Jennie.
