13

59 7 35
                                    

-Tíos ¿Está bien si esta parte la narramos Esmi y yo?

-Supongo que así cada uno nos dará su perspectiva de lo que ocurrió.

-Esa es la idea.

-¡Me parece magnífico!

Esmeralda y yo nos miramos y haciendo un gesto con la mano le indico que ella puede empezar.

-Es usted todo un caballero Teniente Kim.

-Todo para mi dulce dama, señora Kim.

Veo que Tae está aguantando la risa al ver a NamJoon que simula estar sufriendo de náuseas.

-El que ríe al último ríe mejor. Ya me tocará burlarme cuando ustedes dos estén enamorados hasta los huesos.

-Lo que tú digas hyung pero dudo mucho que alguna vez TaeHyung y yo superemos tu nivel de cursilería.

Esta vez el ataque para poner en su sitio al grandote insolente llega de quien menos esperamos.

Un cojín volador se estrella en la cara de NamJoon y Esmi y yo tratamos de disimular infructuosamente nuestras risas.

La justiciera es tía Haneul que por lo general es tierna y cariñosa, muy diferente a su melliza que parece soldado instructor de cuartel militar (pero aún así la queremos)

-¡Tía Hannie!

-¡Eso te pasa por irrespetuoso con tu hermano y mi sobrina! Ahora silencio y deja de hacer caras bobas que me desconcentras.



-Esmi... Esmi...

Una vocecita trajo al presente a la maestra Lazaro que en algún momento se desconectó del planeta recordando el roce de unos deliciosos y esponjosos labios.

El viaje intergaláctico estaba por hacerla rememorar la parte más hot de esa caricia cuando la voz infantil hizo que su mirada se conectara con unos ojitos que ¡Oh casualidad! se parecían tanto a los del dueño de esa boca tan tentadora.


-¡Ay noona ahora si voy a vomitar de verdad!

-¡Te aguantas Joon! ¡Además es cierto que nuestro SeokJinnie tiene unos labios preciosos!

Estoy empezando a sentir lástima por mi hermano, está pagando muy caro sus payasadas...


-Esmi mira encontré una mariquita entre las hojas de las lechugas ¿No es muy linda?

-Sí Sukie es muy linda.

La pequeña Kim la observó con esa mirada escrutadora tan similar a la de su padre.

-¿Te duele algo?

-No Sukie.

-¡Oh! Entonces ¿Estás triste?

Un sentido suspiro salió del fondo de su corazón.

-Tal vez un poco.

-Cuando estoy triste mi papi me cura dándome un abrazo que se siente como el de un papá oso suave y calientito.

-Me lo imagino.

-¿Te puedo dar un abrazo de osito?

-Encantada de recibirlo hijita.

Esmeralda y MiSuk se unieron en un cálido y dulce apretón que hizo pensar a Esmi que estaba bendecida por estar siempre rodeada del calor y afecto sincero de sus pequeños alumnos.

HEART OF FIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora