La Abadía|| Diego x Gignac

I. Oboedientia

El voto de obediencia es el sacramento de la unidad en la comunidad. Es obediencia eclesial para el envío en la misión apostólica. Es ser investido, asistido y sostenido por la gracia de Dios.

El día había llegado, después de doce meses de preparación, Diego estaba listo
para abandonar la sociedad y vivir una vida  de oración, trabajo y lectura espiritual.
Pero no sólo eso, también se estaba comprometiendo a entregarle su vida completamente a Dios, incluyendo su propia voluntad.

"Sumisión de la propia voluntad. El religioso debe obediencia, en virtud del voto, a sus superiores legítimos, como transmisores de la voluntad de Dios. "

—¿Juras acceder a una vía espiritual a la salvación a través de la renuncia de placeres terrenales?— El Abad Messi como máxima autoridad, era el encargado de admitir y aceptar definitivamente al nuevo miembro de la comunidad.
—Lo juro— Diego aceptaba haciendo una reverencia.
—¿Juras a la renuncia de la propia voluntad y armarse "con las armas fuertes y nobles de la obediencia"?—
—Lo juró solemnemente— Diego aceptó el voto de obediencia.

En las completadas, el último bloque de la jornada del día. A las 21:00 horas, se había declarado a Diego como el nuevo miembro de la Abadía, dando sus votos de Obediencia, Castidad y Pobreza para siempre.

A las 22:00 horas, al terminar las completadas cada monje se dirigió a su celda para descansar, pues a las 4:00 am tendrían que despertar antes de la aurora para velar en oración, comenzando así la jornada con los maitines.
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04:00 horas

Era la hora del maitines, entre la oscuridad y con veladora en la mano el prior mayor, Guillermo, tocó la puerta de la celda del abad Lionel para despertarlo de su sueño. Ambos se dedicaron a tocar las puertas de los demás monjes para que sé dirigieran al claustro para orar.

—Oremos hermanos— Comenzó el Abad—In nomine Patris, et Fili, et Spiritus Sancti.—
—Amen—

—Pater noster
Qui es in caelis,
sanctificetur Nomen Tuum;
adveniat Regnum Tuum; fiat voluntas Tua,
sicut in caelo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum
da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra, Sicut et nos dimittimus
debitoribus nostris; et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.
Amen.—Rezaron los monjes al unisonido.

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Cuarenta y cinco minutos después, al terminar el primer bloque de su jornada, cada monje se dirigió a su celda para dormir una hora con!quince minutos y posteriormente continuar con la jornada.

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09:45 horas, Trabajo.

Después de los laudes (6:00-6:30), Desayuno, Celebración eucarística (7:30-9:30), los monjes   dedicaban algunas horas de su jornada para ejercer un oficio y mantener la abadía, así como atender viajeros.

El mayordomo Neymar estaba terminando de hacer la lista de provisiones, que hacían falta en el refectorio para la cena del dia de hoy. Después de terminarla, se la entrego a André y Nahuel los cillereros de la abadía.

—Esto es lo que hace falta— Neymar le entregó la lista al monje de origen francés—
—Por lo que veo hoy tendremos que ir a cortar leña— Mencionó Gignac leyendo la lista.
—Muy bien, pues vamos a la bodega por las hachas— Dijo el monje Guzmán, para emprender su camino hacia la bodega donde tenian su herramienta de trabajo.
—Tengan cuidado con los animales o plagas que pueda haber alrededor del bosque— advirtió el mayordomo
—Claro, tendremos cuidado—