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Jennie sostuvo el metal entre sus manos, recordó como el anillo combinaba con la blanquecina mano de Manoban, analizando la situación, guardó el objeto en uno de los cajones, su abogado se lo dió al mismo tiempo que los documentos del divorcio ya firmados, tanto como lo había deseado, Lalisa ya no era nada de ella.
Pero ahora sentía un vacío en su pecho, se equivocó al pensar que eso sería fácil. Olvidar a un amor de la noche a la mañana no era fácil.
Recuerda aquella tarde donde su ahora exesposa paso la puerta y le dijo que estaba embarazada. Fue el mejor día de su vida. Lamentablemente no duró mucho su dicha.
A los tres meses de gestación, el bebé falleció. Después de eso Lisa quedó devastada por completo, no comía, no salía de su alcoba, ya no sonreía.
A las dos les costó superar la pérdida del bebé, y aunque Jennie no lo demostraba, en las noches lloraba por la pérdida de su hijo. Era su primer hijo, con ello, la relación entre ellas cambió.
-Amor, ¿nos vamos? -la chica le sonrió tierna, Jennie recordó la sonrisa de su exesposa, Nayeon pasó a su lado y masajeo sus hombros.
Jennie en una noche de enojo, después de discutir con Lisa, bajo los efectos del alcohol, se acostó con una de las hijas de las amigas de su madre. Nayeon no era una persona mala, ella estaba enamorada de la castaña desde que tiene uso de memoria, intentó declararse pero no funcionó ya que en ese mismo día se enteró que Jennie ya estaba en una relación con Manoban, al principio le dolió pero se alejó de ellas.
Y ahora después de casi cinco años, estaba dispuesta a llenar de amor a Jennie.
Le fue infiel a su esposa, al principio creyó que era una simple aventura, por un tiempo vivir atormentada, tiempo después descubrió que gustaba de la chica, comenzó una relación a escondidas, Lisa jamás se enteró, sus amigas lo hicieron pero decidieron callar, el tema no era de su incumbencia. Y tampoco querían seguir lastimando a su pequeña amiga.
Se quería alejar de Lisa para no seguir lastimandola, fue muy egoísta dejarla en ese estado, pero ella tampoco quería ver cómo fue que la persona que algún día amó, se caía a pedazos.
No podía cargar con esa culpa, recordar los ojitos llenos de brillo y de esperanza de Lisa ahora le dolía, ella en parte convirtió en eso a Manoban, una persona sin sueños y vida. Ella también necesitaba su tiempo, todos necesitábamos un tiempo para nosotros mismos, su vida no era fácil, todo estaba cayendo a pedazos.
-Vámonos linda -cogió su saco y ambas salieron para el departamento de Jennie.
No tenía caso reparar lo que ya estaba roto...
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