CAPÍTULO I: DESPUÉS DE LA GUERRA

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Tres años habían pasado desde la derrota de Voldemort, el Señor Oscuro había dejado a su paso muerte y destrucción.

El primer año después del trágico fin de la guerra Harry Potter se había encontrado a sí mismo envuelto como testigo primordial en todos los juicios contra los mortífagos y sus familias; después de largas semanas que a su vez se fueron convirtiendo en meses encerrado en cuartos de interrogación contestando las mismas preguntas de los aurores una y otra vez,  Harry decidió que había tenido suficiente de su trato con el ministerio de magia, confió en sus amigos para que continuaran con la labor de buscar y apresar a magos tenebrosos,  Ron y Hermione entendieron la situación perfectamente, le dieron espacio para que pudiera decidir el rumbo de su vida; sin embargo Ginny Weasley, su amiga y novia no fue tan comprensiva, esperaba que Harry y ella se pusieran juntos las túnicas de aurores, que ayudaran a reconstruir el mundo mágico y en el proceso se casaran y tuvieran hijos, pero a Harry con el paso del tiempo ese plan le fue disgustando cada vez más; claro que quería reconstruir el mundo mágico y ayudar a mejorarlo pero no desde la perspectiva de los aurores del ministerio, eso y otras desavenencias terminaron por romper su relación de manera definitiva.

El segundo año todo había sido mejor, Harry se instaló definitivamente en Grimmauld Place, tardó mucho en ambientarla y redecorarla a su antojo pero lo logró, con ayuda de la profesora Mcgonagall, ahora directora en Howarts y de su amiga Hermione logró presentar sus últimos exámenes para terminar la escuela y decidió que ayudaría al mundo mágico desde otra perspectiva,  empezó su camino para convertirse en un sanador; debía tomar clases extra para ponerse al corriente con sus compañeros y le tomaría un año más igual que a todos los que habían pausado su educación por culpa de la guerra pero lo lograría,  podría convertirse en medimago y ayudar a la gente tanto como lo necesitaran.

El tercer año estaba pasando sin muchas novedades, llegado el mes de Agosto y después de una celebración de cumpleaños el 31 de Julio Harry estaba listo para empezar su año de interinato en San Mungo, un año donde aprendería y practicaría la magia curativa en pacientes reales ayudado de medimagos expertos que trabajaban en el lugar; estaba tan emocionado en su primer día que no notó durante el transcurso del ascensor a una melena rubia que estaba enterrada dentro de un libro que hablaba sobre magia curativa y sus aplicaciones prácticas; al llegar a su destino fue el primero en bajar del ascensor y por un instante creyó ser el único, cuando de repente escuchó una voz, una que hacía mucho tiempo no escuchaba y le estaba pidiendo que detuviera el ascensor ya que también bajaría ahí,  respiró profundo y volteó hacia el sonido de esa voz solo para encontrarse frente a frente con nada más y nada menos que Draco Malfoy en persona y lo peor de todo, vestido exactamente igual que él.

EL BESO DEL SANADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora