CAPÍTULO II: SEGUNDAS OPORTUNIDADES

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Draco Malfoy, el mismo Draco Malfoy que casi al final de la guerra le había ayudado a ganar un poco de tiempo para poder escapar de la mansión de su familia antes de que llegara Voldemort a matarlo; el mismo Draco Malfoy que después había desaparecido junto con su familia, lo último que supo Harry de él era que se había mudado a Francia, aparentemente ese país era el único que no había confiscado los bienes de su familia y se suponía que ahora vivían en una pequeña propiedad que tenían en la campiña francesa donde cultivaban uvas o algo así,  el último negocio que les quedaba a los Malfoy y que les permitía vivir de manera acomodada incluso después de haber perdido todo lo demás.

Los ricos realmente jamás dejan de vivir de manera acomodada pensó Harry para sí mismo, pero eso no explicaba de ninguna manera qué demonios hacia Draco Malfoy ahí, en ese mismo elevador y vestido como si fuera un estudiante más, Harry estaba sin habla plantado en un mismo lugar, como congelado en el tiempo, si esa mañana alguien le hubiera dicho que Draco Malfoy sería su compañero de clase seguramente se abría reído sin parar y sin embargo ahí estaba él, de entre toda la gente, intentó decir algo pero no sabía qué realmente,  entonces Draco rompió el contacto visual y empezó a caminar hacia afuera del ascensor, pasó al lado de Harry y murmuró un "gracias Potter" que si bien fue algo frío también fue dicho en un tono suficientemente amable.

Harry no estaba seguro de querer entrar a la misma aula que Draco pero su horario decía que ese era su lugar. Su primer clase sería impartida ahí y era de suma importancia asistir ya que de acuerdo a sus capacidades todos los alumnos serían seleccionados en diferentes áreas del hospital y asignados a un maestro sanador.

Poniendo sus prejuicios a un lado y diciéndose a sí mismo que los tiempos de guerra había terminado Harry entró finalmente al aula, solo algunos alumnos había llegado y estaban retirados unos de otros sin entablar conversación,  en cuanto entró se encontró de nuevo con la mirada de Draco Malfoy que caminó hasta a él y sin darle tiempo de nada empezó a hablar "no quiero ningún problema Potter" dijo el rubio, "jamás te agradecí por haber hablado a nuestro favor en los juicios hace dos años, sé que ésta es mi oportunidad, gracias de verdad, sin ti no nos hubiéramos librado de Azkaban, ahora estoy intentando hacer mi propia vida y empezar de nuevo, de verdad quiero y necesito llevar la fiesta en paz; ¿estás de acuerdo?" y al término de éstas palabras estiró la mano esperando por la respuesta del moreno.

Harry no sabía que decir, Draco había dicho todas estas palabras con un tono conciliador que jamás antes había escuchado, recordó aquella tarde en la tienda de Madam Malkin y como había rechazado la mano de aquel niño engreído y petulante, pero Draco ya no era ese niño mimado, había cambiado al igual que Harry y se le notaba así que ¿porqué no darle otra oportunidad?, todos merecemos nuevas oportunidades se dijo Harry a sí mismo y con esto en mente estrechó la mano del rubio, esperando que éste fuera el comienzo de una nueva relación entre ellos, ser buenos compañeros de clase incluso llegar a llevarse bien.

EL BESO DEL SANADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora