CAPÍTULO V: EXPLOSIÓN

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-¿Draco?
-¿Draco Malfoy?, pregunto Ron a su amigo por décima vez esa mañana, no podía creer que Harry se estuviera expresando tan bien de su antiguo compañero de colegio.

-¡Oh, por Dios Ron! Lo reprendió su madre, esa enemistad suya es ridícula, el colegio terminó hace años, además por lo que Harry nos cuenta el chico a cambiado mucho desde entonces y nadie debería ser juzgado por los errores que cometieron sus padres en la guerra.

Ron no parecía muy convencido, desde que Harry les había contado que el mismísimo Draco Malfoy era su compañero de clases éste se había puesto en alerta máxima, usó su puesto de auror en el ministerio para averiguar que los padres del rubio continuaban en Francia, aparentemente Draco vivía sólo en Londres, rentaba un pequeño apartamento cerca del hospital donde pasaba casi todos sus días con excepción de los fines de semana que salía con Harry y el resto de sus compañeros.

-Ya te lo expliqué Ron, dijo Harry con exasperación, Draco ha cambiado, creo que podemos ser amigos y si tu también le dieras una oportunidad te darías cuenta de que se ha convertido en una persona increíble, es inteligente, se preocupa por lo demás y de verdad está tratando de mejorar al mundo.

-¡Creo que estás enamorado! Canturreó una pequeña vocecita al interior de la casa de los Weasley, Ginny bajaba las escaleras lista para ir a pasear con algunas amigas al pueblo más cercano, Harry se sonrojo y esbozo una sonrisa nerviosa.

-¡No juegues con eso Ginny! Se quejó Ron que no había notado la incomodidad de su amigo.

Llegada la tarde Harry se despidió de los Weasley, agradeciendo la invitación a comer que ya era costumbre todos los domingos, prometió a la señora Weasley que se cuidaría y que comería bien y se fue a su casa en Grimmauld Place, necesitaba prepararse para sus lecciones.

La semana había transcurrido de manera habitual, clases por las mañana y prácticas por las tardes, no fue sino hasta el jueves a medio día que su almuerzo se interrumpió abruptamente por el sonido de una alarma, ninguno de los alumnos incluido Harry habían escuchado ese tono jamás, todo el personal del hospital fue requerido en sus puestos de manera inmediata, dentro del caos les informaron que un grupo de mortífagos que estaban a la fuga, había hecho explotar una serie de bombas en distintos edificios de una zona conurbada a las afueras de Londres, todos los medimagos disponibles debían ayudar a los aurores que ya estaban en el lugar a atender a los heridos y trasladarlos al hospital lo más rápido posible; así fue como Harry y su grupo de compañeros fueron trasladados al lugar del siniestro.

Una vez ahí empezaron a tratar a los heridos, estaban sacando gente de los escombros cuando una segunda serie de explosiones tuvo lugar cerca de donde Harry trabajaba, lo último que todos vieron del niño que vivió fue como con su hechizo trasladaba a otros lejos de la explosión y un edificio le caía encima.

EL BESO DEL SANADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora