Nos encontramos nuevamente en esta historia. Donde en estos momentos, nuestro joven protagonista acompañado de su querida madre, surcaban los cielos a través del transporte aéreo de Paldea.
El chico disfrutaba la magnifica vista panorámica que le es brindada, añadiendo la constante brisa del aire fresco chocar contra su cara, agregando también, que su cabellera se movía con mucha irregularidad. Ver a otros pokémon tipo volador o otras especies adaptadas para el vuelo surcar los cielos, le generaba un sentimiento de asombro y emoción que invadían su cuerpo. Aunque pronto debía espabilar por 2 razones concretas.
Aun tenia pendiente esa visita al establecimiento educativo. Justo en ese momento de magnificencia, ya se hallaba cerca del destino indicado.
Piloto Taxista: ¡Pasajero! ¡Hemos llegado a nuestro destino! –Les avisaba desde el volante, dándole 3 golpes al techo como señal a los Squawkabilly– Antes de proceder con el aterrizaje, debo avisarles que serán dejados frente a la entrada de Ciudad meseta. Es un reglamento que debemos seguir.
Estos simplemente asintieron confundidos, ante la idea de que los dejarían frente a la entrada de la ciudad. No obstante, nula importancia les dio, tan solo esperaron a que aterrizaran.
El aterrizaje fue exitoso, pero cuando tocaron tierra firme y se estacionaron, las aves tropicales no tardaron en arma un escándalo; ocasionado por el mal temperamento que estos tienen. Cosa que el Piloto le pareció inaceptable.
Piloto Taxista: ¡Oigan! ¡Oigan! ¡Parad con vuestras riñas!-Reclama molesto, regañando a cada uno mientras era visto por los presentes, quienes veían en silencio aquella irreverente situación- Disculpen pasajeros. Sucede cada que trabajo con estos plumíferos, siempre discuten sin razón.
Carmen: No se preocupe-Le dice comprensiva al ver los problemas con los que debe lidiar- Le doy las gracias por sus servicios y por traernos aquí.
Piloto Taxista: No hay problema, es lo menos que puedo hacer como taxista-Le entregaba una sonrisa por el agradecimiento-Muy bien, debo irme-Sin tiempo que perder, se adentra una vez más al vehículo, haciendo la misma acción para despegar- ¡Oye chico! ¡Suerte con tu inscripción en la academia naranja!
El castaño tan solo dio las gracias por las buenas vibras. Observando como aquel piloto, se alejaba cada vez más de ahí, hasta que de un momento a otro, ya no se lograba percibir.
Florian: (¿Ciudad meseta estará al otro lado del muro?) -Dudo por unos breves segundos, cuando volteo a ver la muralla, no pudo evitar sentir estupefacción, dando algunos pasos atrás- ¡Q-q-que grande! N-no se veía así desde arriba...
Carmen: Las perspectivas nos juegan trucos, hijo. Recuerda siempre eso-Poso una mano bajo la barbilla, dejando escapar una pequeña risa causada por la reacción del chico, el cual, agacho avergonzado la mirada- Bueno, no deberíamos desviarnos de lo importante. ¿Vamos?
Florian: E-esta bien.
No paso mucho tiempo para que cambiasen de rumbo. Notaron como las puertas les eran abiertas de repente, así, se abrieron paso hacia el lugar.
Al otro lado de la gigantesca muralla, se alberga Ciudad meseta. Lo único que pudo expresar nuestro protagonista, es lo impresionado que se sentía al ser por supuesto, su primera vez visitando aquella ciudad.
¿Y como no estarlo? Después de todo, es un sitio lo bastante espacioso como para pasear sin problemas, adema de tener una extensa variedad de tiendas con diferentes propósitos que hacen de esta ciudad un referente comercial, sitios bien decorados, y ese algo que siempre resalta ante cualquier cosa... Escaleras... Demasiadas escaleras...
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3 Caminos a elegir.
AcakEsta historia nos narra la vida de un joven castaño, que recientemente se mudo a otra región, conocida por el nombre de Paldea. Este claro, al saber poco o nada de su nuevo hogar, decidió primero recorrer los alrededores de su nuevo hogar, esta simp...