CAPITULO 3

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Luhan sintió que todos los colores pasaron por sus mejillas. Incluso sintió los labios fríos y como el aire dejo su cuerpo por unos cuantos segundos.

¡Qué vergüenza! Pasó por su mente. Como deseaba en esos momentos cavar un hoyo en la tierra y esconder la cabeza ahí, y no salir nunca más en al menos unos 30 años. Casi en esos momentos se hincaba a limpiarle los pantalones limpios.

—¡En serio discúlpame! —fue lo primero que dijo— Yo... yo

—Descuida, ya pasó —dijo sin prestarle mucha importancia— Sólo era café —volvió a decir levantando sus hombros. Un traje sucio de café no le importaba.

Si un día anterior hubiera dejado cargando su teléfono no se hubiera quedado dormido, no se hubiera metido a bañar como un rayo, tampoco se hubiera tenido que desviar por ir al restaurante del hotel y pedir un café para llevar, porque claramente no había desayunado, e iba tarde al ensayo. No hubiera cambiado de dirección, y no hubiera pasado por el lobby del hotel en donde, por ver la hora, y ver como la manecilla del reloj le marcaba veinte minutos de retraso, lo distrajo y la catástrofe sucedió.

—Es que no lo entiendes, si alguno de mis jefes se llega a enterar que me caí sobre uno de los huéspedes, con café caliente yo...

—Oye, no voy a decir nada —la expresión de Luhan se relajó— con una condición —y Luhan lo volvió a ver incomodo— Acepta salir conmigo

—¿Qué? —Luhan frunció el ceño— No puedo hacer eso, yo trabajo aquí y salir con huéspedes me condenaría a perder mi trabajo y yo... amo mi trabajo ―dijo en un susurro

—Tú no te preocupes por eso. De que no pierdas tu trabajo, me encargo yo

—¿Quién eres? ¿El dueño del hotel? ―dijo con sarcasmo

Sehun se rio sonoramente. No era necesario que Luhan supiera en esos momentos que él era lo que estaba diciendo.

—¿Qué dices? ¿Te veo mañana a las 9 de la mañana en el lobby? —preguntó

Luhan lo vio directo a los ojos. El cantante tenía unos hermosos ojos cafés que podía ver a través de ellos. No sabía quién a quien le estaba robando el aire, pero sentía severos problemas para respirar.

—No puede ser en el lobby —dijo con dificultad— si alguien de mis compañeros me ve salir con un huésped, en serio mi trabajo correrá peligro.

Para sus adentros Sehun sonrió. El mensaje oculto que estaba dando y que estaba captando lo hacía brincar y correr en círculos como idiota: si me ven salir con un huésped.

Luhan lo miraba de la misma manera que él: con la intención de poder ser otra cosa. No amigos, no conocidos, no colegas, no empleador – empleado, sino otra cosa que a Sehun le gustaba.

—¿Y si dices que soy un viejo amigo?

Luhan paso su lengua por sus labios haciendo que Sehun descaradamente la siguiera. Vio una cicatriz debajo de su labio inferior, y lo único que pensó después de preguntarse si aquello tenía algo que ver con lo de su supuesto accidente que le impidió debutar, era en cómo sería la textura de esa cicatriz si su lengua la acariciara.

Sehun bajó la mirada a su bebida y le dio un trago distrayéndose. No era buen momento para pensar en ese tipo de cosas. Siempre estaba la posibilidad de espantarlo en la primera cita, y al paso que iba Sehun creía que todo pudiera ser posible.

—Mejor... —trago duro pensando en que opción podría ser la buena— nos vemos en la esquina del hotel Fish, será muy extraño que alguien me conozca y...

La vie en Rose || HUNHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora