Sólo un instante ¦ NeteLoak

Dos

Hurgando entre las cosas de papá y que él solía guardar en el pequeño almacén dentro del laboratorio del equipo avatar, Lo'ak dio con una cámara fotográfica. Más de una vez vio a su padre usarla, sobre todo en su niñez, en casa tenían un lugar especial donde guardaban la mayor parte de las fotografías. Cuando había sentimientos de melancolía sólo abría ese cajón roído y las miraba, recordando los momentos plasmados en ellas.

Después de la llegada de la gente del cielo, papá guardó muchas de esas cosas para volver a transformarse en un militar, por eso, para Lo'ak fue una sorpresa encontrar la cámara una vez más.

La desempolvó y comprobó que aun servía al tomar una fotografía hacia un lugar al azar y ver como la lámina salía por debajo de la cámara. La tomó y agitó unos segundos hasta que la imagen apareció nítidamente.

Estaba visiblemente emocionado por eso, salió de la bodega con la cámara entre sus manos y sin ninguna preocupación en la cabeza, no importaba si su padre se enojaba por esto, él le había enseñado a usarla de niño, Lo'ak no quería presumir de ello, pero sus fotos siempre fueron las mejores, en ese entonces su modelo principal era su madre, la había fotografiado incontables veces y en todos los ángulos posibles. Hasta el día de hoy su padre tenía una de esas fotos puesta en el espejo donde se lavaba la cara todas las mañanas.

— ¡Ponla de nuevo, ponla de nuevo!

Lo'ak se sorprendió genuinamente de encontrarse con Tuk y Neteyam dentro del laboratorio. La niña se movía alrededor de su hermano mayor, montada en esas sillas giratorias con ruedas que usaban los amigos de su padre.

Norm se había ido en la mañana, era el día que salía con los adolescentes más grandes del clan a dar un recorrido por el bosque. Después de la guerra él los había cuidado cuando eran niños, los consideraba sus hijos y todos ellos se referían a él como ''papá'', dándole el respeto que cualquier figura paterna se merecía. Max estaba cuidando la instalación, pero estaba en otra área bebiendo un café.

Así que Tuk y Neteyam tenían libertad de toquetear lo que quisieran, con excepción de la sala de control donde los cuerpos humanos mantenían la conexión con sus avatares.

— Espera, Tuk, la estoy buscando — Neteyam estaba inclinado hacia la computadora, tenía problemas para tocar las teclas dado a que sus dedos eran grandes para algo que fue creado por seres humanos, sumando a que su hermana no había parado de girar con la silla detrás suyo.

— ¿Qué están haciendo? — Lo'ak arrastro otra de las sillas, ya no podía sentarse como lo hacía Tuk, pero solía girarla y subir solo sus rodillas

— ¡Quiero escuchar las canciones que me gustan! Norm las guardó todas en una lista hecha especialmente para mí

— Tuk sin duda es la más consentida del equipo avatar — Neteyam sonrió sin dejar de mirar la pantalla, dio por fin con la dichosa carpeta y exclamó un ''bingo'' mientras presionaba reproducir.

La música comenzó a sonar y a Tuktirey le dio un golpe de emoción. La música que escuchaba la gente del cielo sonaba diferente, estaba cargada de sonidos y muchos de ellos no sabían qué instrumentos los producían, otros les sabían familiares. Pero, como les dijo su padre una vez, la música era un idioma universal y no debía importar quién o donde provenía.

El idioma también era confuso, pero Tuk se había memorizado ya varias canciones y las cantaba mientras movía el cuerpo y la cola al ritmo — You left your diary at my house, and I read those pages, ¿you really love me, baby?*

— ¿Qué mierda es un diario? — Lo'ak se inclinó hacia Neteyam, con una de sus pobladas cejas levantadas.

— Papá dice que es un libro donde la gente escribe sus secretos más profundos — Le respondió su hermano con gracia antes de ser tomado de las manos por su hermana y arrastrado por ella para bailar juntos.