-El arcoiris de las hadas que alimentaban dragones en el árbol de fuego-
El crujir de las hojas bajo sus pies le provocaba escalofríos. Tenía la certeza de que caminaba sobre un cementerio. No entendía porque después de tantos siglos había que seguir con ese maldito tratado. El no era el último de su especie, pero si tan solo su pueblo se que liberara de la carga de alimentarlo, ella podría tener una vida tranquila. Conocía las historias, esas que narraban las desgracias de aquellos que habían intentado lograr la gesta que ella se traía en manos. Aún así hinchó el pecho y se lanzó de lleno.
Con cuidado se acercó al enorme Míaxmis. Era inmenso, tanto que con solo una de sus respiraciones las alas de Myha temblaban.
De la forma más sigilosa posible, sacó de su bolsa la cerbatana (Al ser de contrabando, le había costado muchísimo conseguirla) La llevo hacia sus labios.
Poco a poco hincho sus pulmones. Soltó el aire. Otra respiración más. Volvió a dejar ir el aire.
Agarro aún más fuerte el arma, inhalo una vez más. Apuntó al enorme dragón.
En ese mismo instante él abrió sus ojos.
Myha lo miró directamente y de golpe sintió como si millones de galaxias la atravesaran. Conectó con el mundo como nunca antes.
Y así sin más, supo que ese dragón, era una parte de su alma.
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Microrrelatos
De TodoCada miércoles subiré un relato corto. Serán diferentes temática.