Jungkook estaba empezando a pensar que Min Yoongi era bipolar.
—¿Puedes quedarte quieto? —Hablaba elevando su mentón no solo dándole espacio al mayor para que continuará lamiendo y besando eróticamente su cuello, si no también para poder observar el camino a casa del castaño.
Apretaba el volante cada que sentía como el chico a su lado succionaba la zona tan sensible para él.
Por más exitante que fuera todo, Jungkook sabía que no iba a caer en su juego... ¿O si?
Estaba siendo demaciado difícil tener a Yoongi a horcadas en tu regazo y moviéndose tanto encima de su-
El auto frenó de golpe y la espalda de Yoongi impactó contra el volante.
—¿Que carajos te pasa? —El castaño miro mal al menor el cual tenía los ojos cerrados mientras suspiraba y apretaba más fuerte el volante.
—¡¿Que carajos te pasa a ti?!
Jungkook no solo estaba confundido, si no también estresado por las incoherencias del mayor
—Yoongi, debo llevarte a tu casa para que descanses. Taehyung confío en mi.
—¿Confiar en ti? No, solo que desconfía de mi. —Comentó en un tono amargo y seco.
—Muevete.
Jungkook no era estupido.
Bueno aveces si.
Yoongi en realidad no quería llegar a nada con lo que estaba haciendo, solo que el alcohol en su sistema le afectaba demasiado, en cambio la mente transtornada de nuestro traumadito preferido sentía que era un reto. Creía que el indefenso castaño buscaba ganarle y el no lo iba a permitir.
¿O quizás el mayor si le estaba ganando en lo que sea que están jugando?