Paso su lengua por sus labios resecos en un intento de humedecerlos para no comenzar a morderlos.
Iba a conocer a alguien nuevo, eso no le gustaba pero necesitaba ayuda si no quería volver a casas de sus padres o tener que vivir en la calle.
Ahí estaba, con Taehyung en una pizzería esperando la llamada del chico de la aplicación.
—Deja de hacer eso. —dijo Taehyung sacándolo se sus pensamientos.
—¿El que? —dijo confundido sin entender.
—deja de comerte las uñas.
Yoongi se quedó en silencio y bajo la mirada observando las uñas de sus dedos mordidas y maltratadas.
—¿No has?
—fue un accidente... Había dejado de hacerlo, incluso tenía las uñas largas. —dijo el castaño interrumpiendo a Taehyung. —Lo estoy intentando.
Justo en ese momento el teléfono de su mejor amigo comenzó a vibrar, este miro la pantalla rápidamente y tomo la muñeca del castaño para ir a afuera del local.
Llegaron a la entrada y Tae soltó a Yoongi para mover su mano en el aire y sonreír al identificar al chico el cual también sonrió.
Al acercarse a ellos el castaño lo inspeccionó de arriba a abajo intentando encontrar defectos que le fastidiaran.
Era alto y tenía ojos muy grandes igual que sus dientes. Llevaba puesto algo muy casual pero algo lo hacía ver imponente, principalmente porque todo en ese chico destacaba. Sus botas, su chaqueta de Jean, su camisa, su rostro bonito...
En realidad parecía alguien normal.
Se acercó y le dió la mano a Tae en modo de cortesía aún sonriendo.
¿Por qué lo hace? por muy buen chico que pareciera, la verdad es que Yoongi simplemente no se sentía cómodo cerca de el.
—Tu eres Taehyung ¿cierto?
—Si, el es Yoongi. Siempre tiene cara de culo así que deberías acostumbrarte.
Ambos rieron pero Yoongi seguía con un semblante neutro mientras analizaba a el pelinegro lo cual este noto rápidamente.
—Soy Jungkook. Jeon Jungkook. —extendió su mano en dirección a Yoongi sin dejar de observarlo haciendo que éste saliera de sus pensamientos.
—Yoongi. —estrecho su mano con la del pelinegro y se quedaron unos segundos haciendo contacto visual que el castaño rompió rápidamente.
—Entremos, espero no te moleste que hayamos pedido. —Dijo Taehyung intentando romper el silencio que se había formado luego del incómodo saludo.
—No se preocupen. —volvio a sonreír el pelinegro. Estaba siendo muy amable, algo que al castaño le molestaba. ¿Tan desesperado está por caerles bien?
Yoongi se dió cuenta de lo grosero que se estaba comportando. Era una mierda de persona, principalmente cuando se trataba de gente que no conoce.
Taehyung continuó hablando con el pelinegro mientras entraban teniendo que tomar de nuevo la muñeca de Yoongi para que los siguiera hasta la mesa.
Los segundos se convirtieron minutos y los minutos se convirtieron rápidamente en tres horas las que estuvieron dentro de la pizzería. Taehyung hablaba con Jungkook y Jungkook con Taehyung mientras Yoongi solo comía en silencio.
Ellos conversaban como si se conocieran de toda la vida mientras Yoongi solo prestaba atención a la conversación.
Por esa razón había traído a Taehyung, el era el tipo de persona que podía socializar con todos sin ningún problema. A Kim Taehyung le encantaba caerle bien a todos y por supuesto, ser el centro de atención, completamente distinto al de cabellos castaños. Yoongi sabía que Taehyung se ganaría la confianza de cualquiera que conozca y así podía conocer a las personas sin tener que socializar con estás.
Jungkook le preguntaba una que otra cosa a Yoongi y este contestaba de manera corta o solo reía levemente por las ocurrencias de los otros dos chicos. El pelinegro intentaba que Yoongi se uniera a la conversación, pero por mas que se quedara observándolo este solo evitaba las respuestas largas y hacia como si no sintiera el peso de la mirada del pelinegro.
A Jungkook siempre le gustó detallar a las personas y por supuesto la manera en la que Taehyung opacaba a Yoongi hacia que tuviera curiosidad.
El castaño prestaba atención a la conversación pero hacia como si estuviera absorto en sus pensamientos y Jungkook se había dado cuenta de eso desde que habían entrado a la pizzería.
El menor sentía demasiada
curiosidad por el del cabellos oscuros. La curiosidad era muy peligrosa, principalmente para una persona tan podrida como Jeon Jungkook.