A pesar de la resaca que no tardó en aparecer a los pocos segundos de que abriese los ojos estaba 100% seguro de que no se arrepentía de nada.
Aunque después de bailar un rato ni siquiera recuerda que hizo.
Muy pequeños flashbacks aparecían en su mente, pero después de aceptar ir a bailar con ese pelinegro, no recuerda nada de nada.
pelinegro.
Estaba recién despierto ¿cómo se iba a dar cuenta que estaba abrazando el torso desnudo de vaya a saber dios quien?
pelinegro...
Su vista subió con lentitud topandose con unas cabelleras oscuras.
pelinegro.
Claro que era Jungkook ¿cómo no reconocer aquella espalda que era tres veces más grande que un puto refrigerador?
Lo gracioso es que por casi media hora Yoongi no se alejó ni rompió el abrazo, mucho menos si Jeon tenía atrapada su mano entre las suyas.
Parecía estar cómodo ¿quién era Yoongi para arruinarle el lindo sueño al lindo chico?
¿lindo chico pelinegro?
...
oh mierda.
—No nos acostamos. —Habló con voz monótona frunciendo el ceño.
—¿Quien me lo asegura? —cubrió su rostro con ambas manos afincando sus codos en la pequeña isla de la cocina.
—Yo. —frunció aún más su ceño ofendido por el tono irónico del mayor.
El castaño frotó su rostro y terminó por suspirar dejándose caer, recostandose sobre sus antebrazos.
El departamento era bastante pequeño y no muy lujoso. Cocina pequeña, en la cual había un alto pelinegro preparando una comida. Una sala de estar y cerca de esta una escalera que llevaba al segundo piso en dónde había dos camas, cada una por su lado pegadas a la pared.
Volviendo al tema principal, el dolor de cabeza del castaño aumentaba, a pesar de disfrutar el olor a tocino del lugar.
—Ahí tienes. —El menor dejó el plato frente al derrotado Min.
Yoongi levantó su cabeza por algunos segundos y la volvió a dejar caer con cansancio. —No tengo hambre.
—No mientas, terrón de azúcar ¿o quieres comerme a mi, así como dijiste anoche?
Volvió a levantar su cabeza con sus ojos normalmente adormilados, abiertos tal cual plato. Con rapidez su piel pálida tomó un color carmín debido a la vergüenza.
—Yo no dije eso. —frunció en ceño, sonando más como una pregunta que como una afirmación.
—Claro que lo dijiste, —Se inclinó hacia adelante del otro lado de la isla, acercándose al otro. —Y muchas cosas más que no voy a mencionar para que no te avergüences más. —una pequeña sonrisa apareció en sus labios sin dejar de observar al mayor. —Quizás si debería, te ves muy bonito avergonzado. ¿Quieres saber cómo me hiciste ésto?
Jungkook señaló con su dedo índice su cuello, lleno de marcas algo rojizas, igual de coloradas que el rostro del palido.
—Bueno, una de las cosas que dijiste también fue que era un placer vivir conmigo, pero aprovechando que estás sobrio ¿ya vivo contigo? —Se giró hacia el fregadero comenzando a lavar lo que había dejado sucio.
—Si vas a andar todos los días sin camisa por el apartamento avísame de una para buscar a otra persona. —Suspiró retomando su postura para comenzar a comer, sin ganas de mirar la grandiosa espalda del menor.
Jungkook solo dejó escapar una risa y continúo con su tarea.
Con ese silencio se sentenció su estadía en aquel departamento... ¿o algo más?