𝟎𝟓| 𝙴𝚗 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚗𝚘 𝚑𝚊𝚢 𝚘𝚙𝚘𝚛𝚝𝚞𝚗𝚒𝚍𝚊𝚍𝚎𝚜

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El sol se empezó a esconder, no había noticias de Arisu, y los demás, solo deseaban que estuvieran bien todos, Miku y Chishiya estaban refugiados en un departamento de estudiante, era muy pequeño apenas tenía lo esencial

—¿Crees que estén bien?—Pregunto Miku quien estaba sentada en el suelo
—Supongo que si—

La habitación se llenó de un silencio, enseguida Chishiya busco por el buró de noche que estaba en la habitación encontró algunas latas de elote y frijol, ambos se miraron y sonrieron después de lo que había pasado en la playa ninguno había comido, decidieron guardar la lata de frijol para otro día o por si se encontraban con los demás

Chishiya abrió la lata de elote, la vacío en una bandeja que habían encontrado en la misma habitación, ambos cerraron los ojos, sintieron satisfacción al comerla

—¡Uhmm! ¡Por dios!—Soltó Miku

Ambos estaban sentados en el piso, la espalda la tenía recargada sobre un costado de la cama, ninguno se atrevía a tomar la cama aunque los dos estaban muriendo de sueño pasaron alguno minutos así hasta que Chishiya reforzó la garganta y enseguida Miku se puso firme tratando de no dormirse

—¿Por qué no usas la cama? Se ve más cómoda—Añadió Chishiya
—Estoy bien, deberías dormir tú en ella te vez más cansado—
—Usala tu—
—Estoy bien—Añadió Miku
—¡Que la uses!—

Miku lo miro un poco apenada por su insistencia, nuevamente Chishiya reforzó la garganta, Miku se puso de pie y se acostó en la cama era pequeña apenas podía caber ella, Chishiya se quedó sentado en el suelo, apoyando su cabeza contra sus rodillas. Al siguiente día cuando Miku abrió los ojos y se percató que Chishiya no estaba en la habitación se levantó tan rápido como pudo, y cuando salió de la habitación lo vio por el pasillo con algunas bolsas llenas de provisiones

—¿Dónde conseguiste eso?—
—Estuve buscando por todas las habitaciones, algunas las tienen bien escondidas—Ambos entraron a la habitación, estaban felices

Algunas latas las reservaron para cuando se volvieran a reunir con sus amigos, sabían que ellos también estarían hambrientos, y como estaban en un departamento aprovecharon a ducharse afortunadamente estos tenían los tinacos de reserva llenos y limpios, llenaron botellas con agua y las guardaron en una mochila que habían encontrado en la habitación

Enseguida Miku empezó a vendar el golpe que tenía en el abdomen, Chishiya entró a la habitación y se quedó parado en el marco de la puerta, su corazón empezó a latir tan fuerte, se había quedado pasmado que ni cuenta se dió, Miku enseguida noto su presencia y sus mejillas se pusieron rojas

—¿Que miras pervertido?—Se quejo, haciendo que Chishiya nuevamente vuelva a la realidad, se puso nervioso al ser atrapado
—¿No es obvio?—Soltó tratando de esconder su timidez

Miku se puso nerviosa, no pensaba que Chishiya fuera alguien directo y sin pelos en la lengua, Chishiya noto lo que había causado en la pelinegra y sonrió victoriosamente, en uno segundos más ambos se miraron ninguno se atrevía bajar la mirada, sus corazones palpitaban tan fuerte y rápido, era raro está sensación que tenían cuando se miraban a los ojos. Sabían muy bien lo que significaba, Chishiya se acercó un poco más a Miku y ella no dió un paso atrás, por alguna razón quería tenerlo cerca de ella pero por otra sabía que no podía sentir lo que sentía

Chishiya había tenido ganas de besar esos labios rosados desde que la volvió a ver en la playa, aunque trato de olvidar ese rostro que había visto por primera vez en los departamentos, pero verla nuevamente lo hizo sentir raro, sabía perfectamente lo que significaba, Se acercó más a ella hasta que sus labios pegaron uno con el otro, rozaron suavemente, ambos sintieron escalofríos, se miraron y las pupilas de ambos brillaban, Miku forzó la garganta, una parte de ella había deseado también sus labios pero nuevamente recordaba lo que le había hecho a su mejor amigo

𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗜𝗻 𝗚𝗮𝗺𝗲; Shuntaro Chishiya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora