Soy beta reader de @Who_knows06, no he sabido nada de ella desde noviembre aproximadamente, como ustedes habrán visto en su perfil tenía muchas cosas de la universidad, espero se encuentre bien y cuando regrese su público la reciba con brazos abiert...
Hola, ¡ya estoy de vuelta! Muchas gracias a todos por vuestro apoyo en el último capítulo, ¡me alegro de que la historia les esté gustando! Espero que este capítulo también les guste.
(Ver el final del capítulo para más notas).
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Wei Wuxian no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado desde que el guardia se marchó, pero era el suficiente como para que la chispa de esperanza que ella había encendido en su corazón se hubiera convertido hacía tiempo en miedo, ardiendo dolorosamente en su corazón, en su lugar. No tenía ninguna duda de que Jiang Cheng venía. No dudaba de que Jiang Cheng lo estaba intentando.
Pero parecía poco probable que llegara a tiempo, y eso... eso sería el mayor tormento para Jiang Cheng. Siempre había estado tan preocupado por no ser suficiente - no ser lo suficientemente inteligente, o lo suficientemente rápido, o lo suficientemente fuerte. Si fallaba en rescatar a Wei Wuxian y Lan Zhan a tiempo...
Wei Wuxian no sabía si su hermano se lo perdonaría. No sabía si su hermano se recuperaría de eso. Esperaba desesperadamente que lo hiciera, pero... conociendo a Jiang Cheng...
Bufó, pero cuando lo hizo Lan Zhan se movió, haciendo un suave ruido de preocupación y apretando un beso en el pelo de Wei Wuxian.
"Estoy bien", susurró Wei Wuxian, levantando la vista con una pequeña sonrisa, pero Lan Zhan no le devolvió la sonrisa.
"Ninguno de los dos estamos bien", murmuró Lan Zhan, y la sonrisa de Wei Wuxian tembló. Aun así, no la dejó caer, besando las mejillas de Lan Zhan, y luego su nariz, antes de besar finalmente su boca. Lan Zhan le devolvió el beso, profunda y desesperadamente, y Wei Wuxian sintió que las lágrimas le ardían bajo los párpados.
"Si... si Jiang Cheng llega demasiado tarde..."
"Tendremos que hacerlo. Dale más tiempo", respondió Lan Zhan, con la mandíbula firme y los ojos brillantes de desesperación. "No te rindas, Wei Ying. Lo prometiste".
"Tú también", susurró Wei Wuxian, besando de nuevo a Lan Zhan. "Te amo, tanto".
Entonces, oyó el sonido de los cerrojos moviéndose.
Inmediatamente, Wei Wuxian se enderezó, ignorando la agonía de cada movimiento y agarrándose con fuerza a Lan Zhan. A cambio, el brazo de Lan Zhan lo envolvió protectoramente, su mano agarrando la manga de Wei Wuxian.
Podría ser Jiang Cheng, pensó desesperadamente, podría ser...
La puerta se abrió y una voz enfermizamente familiar gritó: "¡Es la hora!".
Wen Chao entró, pero cuando los vio se quedó helado, con la cara enrojecida. "¿Cómo...? ¿Cómo...? ¡A-Die! ¡A-Die! ¡Le han quitado las esposas!"
El impulso de levantarse y golpear a Wen Chao en su estúpida y engreída cara era inmenso, pero Wei Wuxian sabía muy bien que con el estado de sus heridas incluso alguien tan patético como Wen Chao podría derribarlo sin intentarlo. Era mejor usar su energía aquí, aferrarse a Lan Zhan hasta el último momento posible. Si los Wen querían separarlos, tendrían que arrastrarlos.
