Parte 6

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Suwak no sintió ningún remordimiento, en su anterior vida fue educado para ser un engranaje más en la sociedad, un tornillo en una gran herramienta, y por supuesto, sabe que ser débil es un pecado, y el pecado se paga con una vida de servidumbre.

Suwak, calmado, caminó con los cuatro pícaros detrás de él, pronto se encontraron con un asentamiento.

El lugar es de aproximadamente quinientos metros cuadrados, rodeado por un muro hecho con maderas de dos metros de alto, adentro lleva unas cuantas casas de madera útiles. Anteriormente, este lugar estaba ocupado por los cuatro pícaros, pero, ahora que Suwak ha tomado el control, se ha convertido en la base príncipal del monte Su.

Ellos entraron tranquilamente, al entrar, los pícaros vieron a doce personas amarradas con cadenas, estas doce personas traídas previamente por Suwak, son, por supuesto, todos los siervos que fueron encontrados por Suwak en ese compartimiento de la caravana comerciante.

Los ojos de los pícaros barrieron a estos siervos, sus ojos concentrándose en las pocas bellezas semihumanas, sus bocas no pudieron evitar abrirse y contraerse un par de veces.

-Jefe, esto no es bueno, los semihumanos están en guerra con nuestro reino Wacha, los semihumanos valoran mucho su orgullo, y se consideran a sí mismos superiores...

Albino dijo, entrecerrando sus cejas negras.

-Jefe, claramente esa caravana no era simple, no solo tienen semihumanos como siervos, sino también hay niñas extremadamente hermosas, incluso nosotros, como pícaros de las montañas, nunca hemos visto niñas tan hermosas, deben ser hijas de alguien importante en el reino de las bestias.

Alacrán dijo sonando un poco preocupado, los demás pícaros comenzaron a sudar frio, pero, luego de recordar que Suwak es un cultivador, un poco de su tensión se alivió.

-El comerciante Xu Tao me dijo que el Barón Wan Laozi gastó la mitad de su fortuna para comprar a estos siervos premium, obviamente no son simples, pero, la desgracia de otros es nuestra fortuna, ¿No les parece demasiado bueno este resultado?

Suwak, sin hacerse esperar más, dijo con obviedad.

-Si algún infiltrado de los semihumanos en el reino Wacha investiga esto, solo encontrarán al Barón Wan Laozi y al comerciante Xu Tao, nunca pensarán en que, nosotros, el monte Su, quienes somos simples y vulgares ladrones de montaña, en realidad, tendríamos tantas ganas de morir que atacaríamos la caravana de un comerciante con el sello de la familia real, ni menos una que tuviera diez guardias aventureros de rango plata.

Los pícaros sintieron un poco de iluminación, parece que la silueta de focos prendidos apareció arriba de sus cabezas.

-Por supuesto, me eh encargado de limpiar todo, el comerciante Xu Tao, junto con su esposa y su hija están bajo tierra, aunque es una pena que no pudieran disfrutarlas, esas mujeres eran de primera calidad,

Aún con una cara fria, pero con una voz lamentable, Suwak dijo, su tono parece como si hubiera perdido un millón de dólares.

Las caras de los pícaros muestran leves indicios de tristeza, sus corazones se movieron al experimentar la amabilidad de este jefe, quien pensaría que su hermano Su, pensaría tanto en ellos que, lamentaría la muerte de dos bellezas que, no pudieron llegar hasta sus sucias manos.

-Jefe...

Los bandidos con lágrimas en los ojos comenzarón a temblar, su lealtad hacía Suwak subiendo algunos grados.

Los semihumanos y humanos capturados que vieron esta escena, no pudieron evitar maldecir, querían gritar, pero no pueden hacerlo debido a que tienen trapos amarrados en sus bocas.

Camino del TaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora