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Se estaba convirtiendo en una costumbre esperar verlo aparecer en sus sueños.

Cuando él le tocó el hombro, se dio media vuelta para mirarlo. Había tenido intención de decirle que no estaba de humor para jugar con él, pero se contuvo en cuanto lo vio. Llevaba puesto lo que parecía ser un viejo pijama de algodón, el cabello con suaves ondas sobre su rostro y aparentaba dieciséis años.

Entonces se dio cuenta de que él llevaba puestos unos pantalones de chándal gris oscuro, idénticos a su par favorito.

—¿Qué sucede, gatito?

En sus ojos se atisbaba una mezcla de confusión y vulnerabilidad.

—No lo sé. —Se rodeó con los brazos.

Jungkook extendió los suyos y le dijo:

—Ven aquí.

Tras un instante de duda, Taehyung apoyó la cabeza sobre su torso y estiró las piernas a su lado.

—Siento un... peso muy grande.

Una estilizada mano descansaba al lado de la cabeza con la palma sobre la piel de Jungkook .

—También yo. —La roca que le oprimía el corazón desaparecería por la mañana, aunque el recuerdo perduraría.

La mano de Taehyung le acarició allí donde latía su corazón.

—¿Por qué estás triste?

—A veces recuerdo que no siempre puedo proteger a quienes amo. —Jungkook sentía su cabello suave y sedoso al tacto.

Taehyung no intentó decirle que no era Dios, que no podía proteger a todo el mundo. Él ya lo sabía. Pero saber algo y creerlo eran cosas distintas. Lo que sí le dijo consiguió paralizarle el corazón.

—Ojalá me amaras.

—¿Por qué?

—Porque entonces podrías protegerme a mí también.

En su voz se adivinaba un perturbador pesar.

—¿Por qué necesitas que te protejan? —Su instinto se estaba imponiendo a la carga de los recuerdos.

Taehyung se arrimó a él y Jungkook lo estrechó fuertemente entre sus brazos.

—Porque estoy roto. —Continuó acariciándole el pecho, encima del corazón, y Jungkook pudo sentir que un intenso calor invadía su cuerpo—. Y la psi no permiten que las criaturas imperfectas vivan.

—A mí me pareces perfecto.

No hubo más respuesta que el roce de la mano de Taehyung sobre su piel. Con cada caricia Jungkook sentía una paz mayor. Una pesadez distinta impregnó sus huesos.

Curiosamente, tenía la sensación de que iba a quedarse dormido de nuevo. Mientras la oscuridad se cernía sobre él, la íntima confesión de Taehyung no dejaba de dar vueltas en su cabeza como un río sin final.

«Porque estoy roto. Y la psi no permiten que las criaturas imperfectas vivan.»

●●●

Taehyung estaba aguardándole cuando llegó al despacho al día siguiente.

Preocupado por la inquietante intensidad del sueño, intentó entablar conversación con él, pero se estrelló contra una pared de ladrillo. Parecía que se hubiera retraído profundamente dentro de sí mismo, tanto que casi había dejado de existir.

—¿Estás bien? —Podía sentir las sombras que la rodeaban, sentirlo a él... como si fuera de su manada.

—Me gustaría sugerir algunas alternativas para los materiales que planeáis utilizar —dijo en vez de responder a su pregunta—. El estudio que he realizado me dice que este tipo de madera aguantará mejor los elementos en el entorno del emplazamiento. —Deslizó sobre la mesa una muestra y un informe adjunto de casi dos centímetros y medio de grosor.

NIGHT HUNTER [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora