>>Si algo está mal, seguro va a estar peor<<
Bien.
Bien, bien.
Bieeeeeeeeen.
Bien.
Respira Adora que tu eres arrechisima y puedes con todo.
No es momento de ser cobarde.
Darse ánimos a uno mismo es algo horrible, debería existir una aplicación especial para las personas que necesitamos motivación. O puede que exista y no la conozca, o solo debo seguir a algún Coach motivacional o algo.
El punto es que solo debo hacer la estúpida entrevista y tomarme unas estúpidas fotos y listo.
Fácil ¿No?
¿NO?
¿Dónde estará mi conciencia cuando la necesitó?.
Ignorando tus momentos de estupidez crónica querida espíritu.
Bien.
Ahora que no estoy sola me siento mejor conmigo misma.
Levanto la vista y observo el edificio con el enorme cartel de las empresas Vander.
Empresas donde el padre de Romina es socio; minoritario pero al fin de cuentas, socio.
Me observo las manos que no me dejan de temblar por los nervios.
Nervios que no me explico porque razón tengo, es como una sensación de alarma en mi cabeza que no deja de repetirme que estoy siendo estúpida.
Fred me patea el hígado por cobarde.
El plan es fácil, le realizo la entrevista, nos notamos unas fotos y me largo.
Fácil, rápido y sencillo.
Cierto, ¿Cierto?.
¡¿CIERTO!?
Suspiró y aprieto mis manos en el bolso dónde llevo mi equipo de periodismo.
Doy un último vistazo al enorme cartel.
Me aliso la falda quitando las inexistentes arrugas, la falda aparte de fea y aburrida me llega a la rodilla y es de un horrible color marrón secretaria, no se crean que voy a ir vestida como una cualquiera.
Noooooo mi pana, atuendo recatado, como si fuera a la iglesia a rogarle al padre que perdone mis pecados.
Inhalo y exhalo repitiendo los ejercicios de relajación que ví en algún tutorial de Tiktok y empujo las grandes (por no decir enormes) puertas de cristal que tiene la compañía.
-Buenos días, tengo cita con el señor Alberoni- me presento ante la recepcionista, una mujer bajita con varias canas resaltando en su caoba cabellera.
Le tiendo mi credencial de periodismo y ella chequea en su computadora con una inmensa rapidez que me hace pensar que en realidad merece su cargo.
-¡Si claro!- dice con exagerado entusiasmo, como si fuera una gran noticia -El señor ya debe estar esperando-
La empresa no era muy grande, por lo cual solo subimos cuatro pisos, además de no tener que caminar mucho.
Llegamos y me anuncia antes de dejarme entrar.
Respiro un par de veces y coloco mi mejor (y más falsa) sonrisa.
Bien chiquita, dale que tú puedes con todo.
No hay nada más bonito que el apoyo que se da uno mismo cuando más se necesita, cuando no hay más que cerrar los ojos y recordar que somos seres grandiosos y capaces de todo en la vida.
Día a día la mejor motivación siempre será esa vocecita interna que nos grita "Dale que tú puedes con todo nena".
La recepcionista me hace una seña y yo entro con toda la firmeza que puedo fingir en este momento.
-Adora, gracias por venir- me saluda con un abrazo de esos que no sabes que te hacen falta hasta que lo tienes y entonces es como si quisieras quedarte a dormir. Bueno así se sienten sus abrazos.
Si pudiera comparar a Roger Alberoni con algo o alguien, sería definitivamente con Don Cangrejo, ambos ambiciosos, tacaños y cumpliendo todos los caprichos de las inestables de sus hijas.
La comparación me hizo sonreír con verdadera gracia.
Claro que el señor Alberoni era una versión súper buenota de Don Cangrejo, pero eso es algo que ya no viene al caso.
-Gracias a usted por la entrevista.
Me guía hasta su escritorio, su oficina no es enorme y no tiene ventanales con vista a la ciudad, pero considerando que la ciudad no es muy bonita no se está desperdiciando nada.
-Cuentame, como se encuentra Alana.
No tengo idea si hace la pregunta por interés o educación.
Aunque no es la primera vez que pregunta.
-Mi mamá está bien, gracias por preguntar.
Una respuesta muy cortante pero ajá.
-¿Escuché que le otorgaron la coordinación del hospital?-
-Si, es más trabajo pero con un mejor horario- le explicó.
Definitivamente le preguntaré a mamá a ver qué tan amiga es ella del señor acá presente.
Aunque sería genial sospechar sobre una conspiración y algo genial, como que los une un asesinato de los ochenta o algo, no siento curiosidad por eso. No hay ninguna clase de sospecha, solo soy chismosa y quiero saber porque este señor pregunta con tanto interés por mi mamá.
La que asumo es su secretaria entra con dos cafés que no ví en que momento pidió, en el escritorio tiene el teléfono así que fue por allí o telepáticamente.
Yo aprovecho de empezar la entrevista. Preguntas simples sobre la compañía y sobre el equilibrio del trabajo y el hogar que es el tema en el que se está trabajando en el último proyecto.
La entrevista es relajada y el señor Roger es muy gracioso, todo es muy agradable. Él siempre me trató como a una hija más, razón de un pequeña parte del odio que me tiene Romi, digo una pequeña parte porque ella detesta hasta a su sombra.
Antes de darme cuenta ya me encontraba de camino a la salida, con una entrevista para mi blog, unas fotos para mi insta, una invitación a almorzar y muchas preguntas para mi mamá.

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Enkhantto
Teen FictionAdora Marval está lejos de ser una chica "típica", siendo bonita, carismática, inteligente, muy competitiva, con un amplio repertorio de malas palabras en su vocabulario, chismosa por naturaleza propia, con una inmensa capacidad de meterse en proble...