Nueve

15 4 2
                                    

>>No soy el lugar seguro de nadie, pero soy la zona peligrosa de varios<<

Llegamos a la fiesta pasando las nueves. Gracias a las nubes con formas bonitas que el viaje no resultó incómodo sino todo lo contrario todo súper fluido y con súper confianza, demasiada confianza de echo.

Mis supuestas amigas abordaron a Luka con preguntas, en su mayoría estúpidas y casi todas muy raras, inclusive cantaron a gritos varias de las canciones que sonaron en la radio.

Sip, un comportamiento ejemplar, digno de damas del siglo veintiuno (nótese el sarcasmo).

La fiesta es en un edificio abandonado, o al menos lo parecía, de no ser por el claro ambiente que grita "llégate baby que aquí hay fiesta" el edificio podría ser un escondite de vagabundos o drogadictos; o ambas.

La calle está llena de coches que en su mayoría lucen costosos y desentonan completamente con la mala pinta de la cuadra y la gente se mueve como si el edificio no tuviera pinta de tener fantasmas o derrumbarse si alguien estornuda.

Vamos a explicarlo de esta manera, es un edificio de al menos seis pisos, descuidado, con maleza tan alta en los alrededores que puede esconder un tigre, sin pintura, sin puerta, las ventanas, weno no tiene ventanas sino cartones mal colocados, cosa que me hace creer que es una de tantas obras inconclusas del estado, además de estar en una de las calles más apartadas del centro.

Cositas.

-¿Habían venido antes a la Terraza?- pregunta Luka guiándonos hacia el interior.

-Yo nunca- respondí, mi cara todo un poema ya que nunca he sido buena en disimular mis emociones y la verdad que nunca me he esforzado en disimular mi desagrado. Y este lugar es horrible así que se merece mi mueca de asco.

-Nosotras vinimos la semana pasada- dice Luisana. Yo las miro con cara de traición y me llevo una mano al corazón para hacer énfasis.

La decepción, la traición.

-Tu no quisiste venir, no hables- me espeta Fra.

Opsi.

En realidad tiene razón, no quise venir, en ese momento fui una mujer sensata porque este lugar es horrible y desagradable.

Fred decide hacer su aparición de la semana para hacer el gesto de asco arrastrando su dedo en un gesto como si vomitara. Si algo he descubierto de mi animalillo de la ira es que es silencioso, como la muerte. Grrrr.

En la puerta había un par de hombres cobrando la entrada, la muy costosa entrada cabe destacar. Pero el hombre del grupo como todo caballero que supuestamente es se ofreció a pagar.

¡Vivan los hombres con orgullo de machos alfas que creen tienen que pagar todo, yujuu ustedes nos  ahorran dinero babys!

La fiesta es, obviamente, como su nombre lo indica en la terraza, pero en todos los pisos hay cajones de música, gente, humo de quién sabe qué tantas cosas y toda clase de alcohol por todos lados y en todas las presentaciones, ah y no hay luz, lo único que medio ilumina son unas estúpidas luces de colores que me ya me tienen hasta la madre con su estúpida movedera.

Subimos por las tenebrosas escaleras, cada piso siendo peor que el anterior. Chocamos con varias personas teniendo sexo, metiéndose mano, vomitando y  muchas otras inyectando se cosas que voy a creer son sus medicamentos porque la mitad de las personas en este sitio son esquizofrénicos. Sip, me parece súper lógico que casi todos necesiten medicamentos.

Huye mientras puedes perra.

La terraza, que de verdad pensé que me sorprendería con un cambio de ambiente increíble resultó ser más de lo mismo pero el doble de todo. Me pegué lo más que pude a Luka y el pss encantado con la idea.

Enkhantto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora