Enkhantto

Doce

>Si ves una luz en la oscuridad, ¡no la cruces!<

Quisiera ser una persona súper inteligente y poder colocarle nombre a todo el caos de sentimientos que tengo, porque siendo sincera, solo decir que estoy triste y enojada me parece una falta de respeto a mi misma.

Estoy triste y enojada, si, pero va mucho más allá. Me siento rota y a la vez quiero agarrar mis fragmentos y apuñalar a todo aquel que me ha hecho sentirme así.

En parte por eso estoy ahora cruzando la puerta del que se supone es el donante de esperma que ayudo en mi creación con unos preocupados, y recién descubiertos, hermanos detrás de mi.

Me detengo frente a la puerta de su oficina, en todo el edificio solo quedaban un par de personas que ni caso nos han echo, gracias a Romina claro.

Al menos sirve para algo.

La puerta nos refleja y no puedo evitar analizarnos a los tres buscando el mínimo detalle que nos conecte, sea un lunar, la forma de la nariz, una arruga al final del ojo, algo que me diga fijate que si son ellos. Pero no encuentro nada, solo rostros desfigurados por el agotamiento de ser un daño colateral de personas que solo pensaron en ellas mismas.

Cómo ninguno de los dos hace intento de detenerme empujó la puerta y lo encontramos creo que le duele más a Romina que a mí.

Roger, o bueno mi padre, teniendo sexo encima del escritorio como la porquería de viejo verde que es, lo traumante es que la pobre mujer que intenta vestirse lo más rápido posible es una estudiante de nuestra carrera, específicamente está un año menos que nosotras.

Que asco.

Si, que asco, pero ya lo esperábamos.

Cierto, es la gracia de esto, cuando esperas lo peor de la gente poca cosa puede sorprenderte.

-¿PORQUE ENTRAN ASI?- grita acomodandose la ropa.

La pobre mujer ni levanta la cara cuando huye, Romina hace el amago de agarrala pero Rihel la detiene, bien espero que a mi tampoco tenga intención de detenerme.

Agarro la papelera que está cerca de la puerta y se la lanzo dejando un desastre en todo el piso.

-ERES UNA PORQUERIA ROGER ALBERONI- me acerco más a él mientras lanzo todo lo que consiga en mi camino.

-Lo siento pero no pude callar más papá - llora Romina.

-Hija...

-NO ME LLAMES ASÍ- llegó a su escritorio y quisiera tener la fuerza para poder voltearlo, pero en vez de eso solo arrojo al suelo los poco que estaba encima mezclando con algo de la basura.

-Entiendo que estés enojada pero todo fue por tu bien - suplica.

Intenta acercarse pero Rihel se interpone.

- Querrás decir, por el tuyo- Opina él.

-No, fue por el bien de todos, Adora tu mamá tenía su familia no podía romperla asi.

-Pero lo hiciste, y no tomaste tu responsabilidad, pero sabes que, solo vine a decirte que no me importa, nada de eso.

-Pero escúchame, podemos soluciona...

-Me das asco, papá.

Puse todas las emociones que siento en esas cuatro palabra y me di vuelta, Rihel y Romina que solo vinieron a comprobar que no lo matara o algo, salen conmigo pero antes de llegar a la puerta me cruzo con un filtro de agua que tiro al suelo rompiendo el botellón de agua en un montón de pedazos y dejando la oficina echa un desastre de basura, papeles, vidrio y agua.