Siete

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>>La vida es fría y somos de sangre caliente<<


Entro a la casa y hago malabares para cerrar la puerta y llegar a la cocina con todas las bolsas del mercado.

Alexis hace cuatro días que regresó a su casa luego de haber sido perdonado (sin necesidad de otro tatuaje).

Mi mamá ni idea donde anda, pero me dejó sola haciendo el mercado, aunque no debería quejarme ya que me compre muchas chucherías, hasta compré unos inciensos de mandarina a ver si elimino malas energías.

Desde la pésima cita con Luka el viernes pasado apenas hemos hablado, pero me invitó a una fiesta hoy, claro que todavía no estoy segura de ir con lo pésimas que son sus citas no se que me pueda esperar.

Resultó ser que el chico sexy que hace tatuajes es medio bipolar, o tripolar, pero ajá.

De Romina llevo casi una semana sin saber nada y no se a que angel debo hacerle un altar para agradecer el milagro.

La calma antes de la tormenta le llaman.

Sisisisisi.

Cruzo el umbral de la cocina y empiezo a organizar la compra y de paso coloco a hervir agua para hacer café.

El café siempre me hace feliz. Es el único que nunca me ha decepcionado, ni una sola vez, bueno solo cuando lo hace Alexis, el café de Alexis me pone triste.

Le hago un guiño a la cafetera.

-Se que deseas que te pruebe, pero no soy un chica fácil.

No parece hacerle gracia, pero no pienso caer en sus encantos así como así. Debe conquistarme.

-Quizas si fueras un poco más dulce.

Eso era verdad, últimamente el café estaba quedando muy amargo para mi gusto, por eso hoy cambie la marca que estaba comprando mi mamá.

-Eres muy insensible conmigo.

Le agrego café al colador y empiezo a echarle el agua.

-No quiero que te quejes de que está muy caliente, te lo ganas por perra.

Torturar a la cafetera con agua caliente resulta terapéutico. Junto al olor a café recién colado me genera una sensación de tranquilidad. Cómo si pudiera ahogar a miles de personas en esa sensual mezcla negra que hierve como lava.

Sip, terapéutico.

-No quiero sonar machista al decir que te lo buscaste, pero en realidad te lo buscaste.

Respiro profundo y cuento hasta díez, está vez la fea cafetera si me responde con un gorgoreo raro que bien me parece un insulto por haberla quemado.

-Tampoco quiero que haya rencores entre nosotras.

Le agrego azúcar (suficiente), y me sirvo en una taza, de tamaño adecuado, léase enorme.

-Eres reemplazable, ¿Sabes?, Deberías esforzarte en hacer mejor tu trabajo, o por lo menos en agradarme- le dije con tono desinteresado antes de darle un sorbo a mi creación.

Este si es un buen café.

-¿Debería preocuparme que le hables a la cafetera?.

*inserte Doup dicho por Homero, con todo y gesto.

Mamá me habla entrando con la pequeña Mía en brazos.

Intento fingir que no me sorprendió y miro a la señora cafetera que estoy segura de que merece un nombre. Uno feo, como su existencia.

-Marta y yo estábamos afianzando lazos y pactando normas.

Marta en realidad no es un nombre feo, pero le queda, hace contraste con su personalidad. Perdón a las Martas del mundo por compararlas con una cafetera.

Mamá sube las cejas y se retira los lentes para dejarlos sobre la nevera.

Yo le doy otro sorbo a mi sexy taza y sigo con la mirada a mi señora madre, ella no debía saber que amenace a Marta con dejarla en la calle, eso solo quedaría entre ella y yo.

-Yo haré de cuenta que no te escuché discutiendo con, ¿Marta?- yo asiento y ella se dirige a Marta con Mía aún en brazos -Buenos días señora Marta, espero no le moleste que tome un poco de su jugo gastrico.

Yo miro con horror como se sirve una taza del jugo gastrico de Marta.

Es una imagen mental algo fea esa que me dió mamá.

-Creo que de cierta forma estamos matando a Marta.

Ella se encoge de hombros.

-Mantén su estómago lleno para que no muera- le da un sorbo a su taza y se sienta en la mesa conmigo - Que delicioso jugo gastrico tiene la señora Marta.

-Espero que en tu trabajo no te tomes el jugo gastrico de nadie.

-No quieres saber eso.

-Okey.

Levanto mis manos y y le gesticuló "no problem".

Mamá es enfermera y siempre utiliza sus metáforas raras de hospital en casa.

Me pasa a Mía que empieza a "jugar" con mi cabello (léase intentar dejarme calva).

Mamá se pasea por la cocina dejando su cosas, su bolso, teléfono, llaves, ¿Inyectadoras?, y bueno, sus cosas en general regadas por (literalmente) todos lados. Se recoge el cabello en un moño raro y empieza a sacar, organizar, picar y hacer cosas de mamás. Creo que cocinar le llaman.

Ahora que veo a la señora Alana acá presente no dejo de pensar en la clase de amistad que pudo haber tenido con el señor Alberoni.

Y pues como soy chismosa tengo que aprovechar de preguntar.

Porque si de algo estoy segura es que un buen chisme ayuda con el aburrimiento.

-Sabes, el señor Roger, el papá de Romina, te envío saludos. Había olvidado decirte.

Su reacción casi pudo pasarme desapercibida, casi, de yo haber parpadeado no hubiese visto el momento en que suspiró con un pequeño temblor en los hombros, incluso el tomate que tenía en la mano le resbaló.

Realmente su reacción no fue lo que esperaba. Parecía casi triste.

-¿Volviste a ser amiga de Romina?- siguió en su labor de forma natural, tipo a mi no me dijeron nada, y yo psss peleando con Mía por la seguridad de mi cabello.

-Nope, le realicé una entrevista para el blog de la universidad.

-Cariño, realmente quiero que mantengas las distancias con esa gente, no creo que a los padres de Romina le hagan mucha gracia tenerte cerca cuando cada dos por tres se andan agarrando a golpes.

Bueno, si lo pone de esa forma es un buen punto.

-¿Te llevabas bien con el señor Roger?- insisto en el tema, porque obvio que el chisme por delante.

Ella suspira -Se podría decir que si, tu pasabas mucho tiempo en su casa y Romina pasaba mucho tiempo acá, era necesario que nos lleváramos bien.

Ella sigue cocinando y yo me levanto con una somnolienta Mía.

¿Esperabas un súper cuento con todo y asesinato?

A veces desearía que Fred pateara mi conciencia.

Yo esperaba un mega chisme.

Subí a mi habitación con un Fred quemando flores en mi pecho.

Enkhantto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora