Ocho

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>>Échale brillo, que no se note que está rota<<


Luisana termina el trabajo en mi cabello y yo a la vez doy el último retoque al maquillaje de Fra. Ósea trabajo en equipo, ¡Yujuuu!.

Hoy luego de recibir una invitación de parte de las desquiciadas que tengo por amigas a la misma fiesta a la que me invitó Luka le pedí permiso a mi mamá y sorprendentemente me dijo que sí, pss kike porque le agrada Luka.

Pfff.

Ese ya no me agrada ni a mí.

Weno sí, pero aja.

A la final Luka escribió, otra vez, para confirmar si iba a ir y acepte, con la condición de que mis amigas se fueran con nosotros, ya saben así les ahorro el viaje.

Y aquí termine arreglándome junto a ellas, de cierta forma su trabajo de hoy será el de evitar que Luka arruine mi noche. Mejor prevenir que lamentar otra horrible salida.

No pensaba aceptar salir con él luego de los horribles sucesos ocurridos el día en el que intento hacer una cita, tuve que soportar toda una tarde con viejos hablando de cosas que no entendía y de paso soportar a Romina y nuestra extraña relación de hacernos la vida imposible mutuamente en una especie toda rara de guerra fría.

Si lo analizo en retrospectiva, no fue la cita en sí, bueno eso fue en su mayoría, pero lo que más me molestó fueron los hombres de la mesa. Llámenme loca pero las energías se sienten y esos hombres (incluyendo a daddy Roger) no transmitían nada bueno. Con sus trajes costosos y su aire de grandeza e incluso uno me piropeo, un viejo baboso que puede ser mi papá.

Fred hace una mueca de asco que yo repito en mi mente.

Vamos guapa, no es momento de ser paranoicas.

Si mi cabecita lo dice. Enfoco mi vista en todo el desastre de mi cuarto, desastre que me va a tocar limpiar sola seguro.

Giro otra vez delante del espejo, por primera vez en varios meses decidí alisar mi cabello haciendo que llegue hasta mi trasero, aunque amo mis rizos admito que así no me veo mal. La falda de cuerina negra hace magia resaltando mis casi inexistentes curvas, y para completar mi look una camisa de lentejuelas rosada, unos botines negros y un maquillaje muy elaborado con pedrería incluida.

En conclusión, me veo bien.

Estas divina presúmelo sin vergüenza.

Ay lo sé, pero hay que tener humildad supuestamente.

Humilde nuestro culo, te mereces un piropo.

-Uy nena, pero que guapa- me auto halago. Porque es decir, se que estoy divina merezco todos los piropos del mundo y no hay nada mejor para el autoestima que la terapia del espejo.

Miro a Fra, ósea específicamente observo el pedazo de tela negra que se hace llamar vestido y a sus tacones de veinte centímetros que si yo uso seguro me voy de frente contra el suelo. Rezo por su alma, y sus dientes.

Lusi en cambio es el contraste de nosotras con un jean azul y un top amarillo que hace doler la vista de lo escandaloso que es, pero claro yo no pienso decirle nada sobre lo molesto de su elección en color.

Vamos, dile que ese color es horrible y fastidioso, yo sé que quieres hacerlo.

Cállate cabecita.

Díselo, que tú crees que en la libertad de expresión.

Coño e’ la madre con la vocecita de mi cabeza.

Shh...

-Vas que matas- me dice Fra, aunque ya lo sé aprecio mucho el cumplido.

-¿Debería llevar un cuchillo por si mi encanto no funciona?.

Ellas ríen y comentan algo que no escucho.

Me pierdo en mis pensamientos en un momento de epifanía.

Es decir me quedo toda idiota viéndome al espejo.

En realidad nunca lo había pensado pero todas las chicas deberían salir aunque sea con el gas pimienta ¿No?.

¿Y tú dónde piensas conseguir gas pimienta aquí en Venezuela?

En algún sitio supongo, no es como que lo vendan en la bodega pero ajá.

Mejor llévate una navaja.

Mi conciencia, a la cual debería colocarle un nombre, tiene razón, solo que no tengo una navaja, tendría que agarrar un cuchillo de mesa en la cocina.

Pss agarra aunque sea un bolígrafo.

¿Y en qué mundo es letal un bolígrafo?

Googlealo  pa’  que tu veas pendeja.

-Y ahora, ¿Tú en que piensas?- Lusi me saca de la importante conversación que tenía conmigo misma sobre armas.

En cierta forma me molesta que interrumpan mi conversación conmigo misma cuando es importante, claro que ellas no lo saben, ¡pero porque no me pueden dejar pensar en paz coño!.

-Estaba pensando si debería llevar un cuchillo de mesa- admito

-¿Y más o menos pa' que o quién?- me pregunta Fra.

¿Cómo les explicó que Luka tiene un aura que grita "Peligro"?

Aunque admito que es sexy por el toque de adrenalina y todo eso que a las chicas nos vuelve locas. Pero más que peligro es algo así como "Cuidado, puede morderte" y eso es algo que realmente me incómoda.

Pss fácil guapa, las miras a los ojos y les dices, ve ese chamo está más bueno que wifi gratis y me moja las bragas cada vez que lo veo pero tiene malas vibras y yo soy una miedosa traumada por el noticiero.

Pues fíjense, quizás estos momentos todo mi drama mental no resulte muy impresionante, pero en algún momento recordaremos esto y todo será como "woah linda teníamos tantaaaaa razón".

-Ayer vi un documental sobre las tasas de violencia contra la mujer, y yo estoy bien bonita, quien sabe que borracho esquizofrénico puedo encontrarme en una fiesta, además nueve de cada diez mujeres no saben defenderse ante un agresor. ¡Nosotras salimos a la vida sin ninguna clase de preocupación y nunca sabemos si seremos víctimas de algún loco!, ni siquiera sabemos si vamos a regresar a casa- concluyo mi discurso y las miro ya que me había perdido viendo mi reflejo.

Todo lo que les dije me salió del cora, claro que no les mencioné la mala vibra que me está generando Luka.

Ambas están (literalmente) con la boca abierta, tan así que tengo que esperar un par de minutos hasta que  es Fra la que reacciona.

-Cariño, tu...- hace una pausa meditando sus palabras hasta que la termina interrumpiendo Lu.

-¿Estas bien?-

Me rio como la esquizofrénica que soy, es decir cómo si me ahogara en mi propia belleza.

-Estoy bien, tranquilas; solo quede tocada por el tema- más que tocada, diría que es algo como medio obsesionada con el tema desde que hace un mes desapareció una muchacha de la universidad pero ajá, me dejó un trauma.

Y el noticiero debería tener un mejor control parental o algo así como un anuncio de “No apto para gente sensible”.

-Yo creo que me colocaré un pantalón- dijo Fra y empezó a revisar entre los cerros de ropa.

Mi teléfono suena con la notificación de un mensaje al mismo tiempo que mi mamá grita que llegaron por nosotras y un auto (obviamente Luka) suena el claxon como desquiciado en el frente, una mezcla de ruidos muy molestos y estresantes.

-Wenooo niñas, esa es nuestra señal.

Salimos del cuarto lanzo una oración a quien la escuché para que está sea una buena noche.

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