VII

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Los chicos corrían a toda velocidad. Habían construido su casa bastante lejos del spawn, como a 30 minutos, para evitar el paso de gente, pero era todo un problema cada vez que moría uno de ellos.

No hicieron ni 15 minutos de camino que Spreen se teletransportó al lado de ellos. Había acortado camino moviéndose con enderpearls.
Ninguno dijo nada y simplemente siguieron corriendo.

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Imágenes pasaban por mi mente, parecían pequeños cortos con huecos y fallos entre ellos.

Estábamos en una montaña, tres personas y yo. Logré identificar a dos, Rubius y Shadoune, el tercero no lo alcanzaba a ver.

Alguien estaba hablando, no podía escuchar con claridad lo que decía pero fue algo que logró que todos empezaramos a reír, era un momento hermoso, el sentimiento de nostalgia me invadió pero no sabía por qué.

Llegamos a un barranco, se veía todo lo que habíamos recorrido y era simplemente perfecto.
Comencé a gritar y a saltar, alguien me dice que no lo haga, que era peligroso.
Me doy vuelta y veo un manto blanco arrasando con todo.

Todo se vuelve oscuro y las imágenes cada vez son menos y mas confusas.

Nieve, frío, yo tirando de alguien intentando liberarlo, llanto, una persona desaparecida.

El último momento son dos tumbas, y los nombres de mis amigos en ellas. Un dolor tremendo golpeaba mi corazón hasta que alguien posa su brazo en mi hombro y me atrae hacia él, una mano con guantes de oso negros.
Cuando volteó a mirarlo, despierto.

Miré a mi alrededor perdida. No sabía donde estaba ni que había pasado, hasta que todos los recuerdos llegaron de golpe.
Me sentía totalmente desorientada, estaba como en un limbo entre la realidad y todos los flashbacks que había tenido.

Traté de levantarme pero tenía adolorido todo el cuerpo. Algo que tenía razón Missa es que la segunda muerte es mucho más fácil de asimilar que la primera.

Me quedé recostada en el suelo un tiempo más. Estaba cansada y no porque hacía unos minutos había explotado, sino porque me sentía usada. El cansancio no era sólo físico, sino que también mental, y este último era más fuerte.

Ahora definitivamente estaba sola. Volver con el grupo cinco no era una opción, y no podía volver con los chicos, después de todo, sólo era un saco de información. No pertenecía a ningún lado.

No quería seguir, había intentado todo para pertenecer y estar en ambos grupos, pero no me querían en ninguno. Solamente quería que todo terminara, y eso sí estaba en mis manos.

Me puse de pié y comprobé que todavía fuese de día. No sabía cuanto tiempo había pasado pero el sol seguía bastante alto, así que mucho no.

Antes de salir entré al chat que tenía con Shadoune, escribí una serie de números y se lo envíe. Eran las coordenadas de la base de Auron, donde se quedaban durante el PvP y que nadie sabía donde estaba.

Al menos para algo quería servir en el grupo quince.
Apenas me marcó el recibido arrojé el aparato al suelo y seguí mi camino. Había un acantilado a unos cuantos metros del spawn, era la forma más fácil de morir.

A mitad de camino terminé de tirar el set se supervivencia que nos dan los dioses cuando reaparecemos, tal vez ayudaban a alguien que estuviera pasandola mal por ahí.

Cuando llegué el ambiente se sentía diferente, la brisa era más fuerte y helada, poniéndome la piel de gallina.

Sentía que esa vista ya la había presenciado en otra circunstancia, pero simplemente no le di importancia, estaba allí por algo y el pasado o la imaginación no retrasarian lo obvio.

Minecraft Extremo - Team Vacío LegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora