7. 𝐁𝐥𝐚𝐧𝐜𝐚𝐧𝐢𝐞𝐯𝐞𝐬 𝐲 𝐞𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞

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Ser Vaemond perdió la vida, porque no supo ser inteligente. Aunque en ese momento estaba furioso de escuchar a ese hombre insultar a él y a sus hermanos. Lo que Jace no soportó fue que dijera que su madre era una... Puta.

Jacaerys podría ser un bastardo, tal vez tenía en sus venas la sangre Strong en vez de Velaryon. No quería seguir indagando en eso, tal vez su madre si tuvo algo con Ser Harwin, pero su madre era la mujer que siempre amaría, la que lo arropaba al ir a la cama, la que lo acompañaba a sus clases con el Maestre y lo ayudaba si tenía alguna duda. Su madre jugaba con él cuando era niño, su madre era perfecta. Rhaenyra era la mejor, la que le daba amor y abrazos, y le contaba historias.

Así que, aunque no se estaba esperando que Daemon hiciera eso, y al principio quedó inmóvil. No sentía pena alguna por la muerte de ese hombre, incluso a su abuelo Viserys no le importó.

Luego de la audiencia, sólo volvió al campo de entrenamiento. Decidido a buscar a esa chica, sabía que la habia visto, no podía estar loco. Y una vez más la vió, secando el sudor de su frente con una toalla. Y sin pensarlo mucho se atrevió a hablarle, era educada y tranquila.

Lo que Jace no esperó fue que presenció un momento difícil con la chica. Al final la había traído a los aposentos de su madre y, ahora, sentado en la incómoda silla cerca de la cama en donde estaba Pandora, aún dormida. Tenía que soportar la mirada de fuego de Daemon sobre su persona.

Daemon se casó con su madre cuando él aún era un niño, unos cuantas lunas después de lo sucedido con su tío Aemond, y no mucho luego de la muerte de su padre Laenor. Había aprendido a convivir con al que llamaban el Principe Canalla. Pero lamentablemente había ocasiones las cuales sus personalidades chocaban, Jacaerys era algo... Dominante. Era extremadamente orgulloso y le gustaba siempre dar una buena impresión, y había veces en las cuales Daemon -quien era extremadamente dominante y le gustaba ser exigente- se le cruzaba en el camino e imponía otra cosa distinta a lo que Jace decía o hacía. Por eso chocaban bastante, aún así en el fondo de su corazón quería al Targaryen. Le había enseñado muchas cosas, el manejo de su espada y los mapas de todo Poniente, las Ciudades Libres y el Muro. Le había enseñado sobre todo eso, y le había hablado sobre los Salvajes, quienes vivían más allá del Muro. Todas esas historias y enseñanzas de Alto Valiryo y combate lo hizo Daemon.

Pero ya la mirada que le estaba dando lo estaba poniendo nervioso.

Sin darse cuenta, empezó a mover la pierna en un tic nervioso. La suela de su bota produciendo sonidos contra el suelo.

- ¿Y decidiste hacer un acto de caridad, Jace?

- Daemon. - susurró Rhaenyra en una clara advertencia, mirando mal a su esposo.

Sin que Daemon se diera cuenta, rodó los ojos, fastidiado. Tampoco era un secreto que le resultaba un poco desagradable el sarcasmo y el cinismo que describía a su padrastro.

- Sí, la traje aquí porque necesitaba ayuda. Eso es todo, Daemon. - respondió cortante. Escuchó una pequeña risa en respuesta.

Y seguramente Daemon continuaría con sus bromas si su madre no hubiera interrumpido.

- Al parecer no tiene nada físicamente, el Maestre dijo que estaba cansada mentalmente y necesitaba reposo. Aunque los huesos de su mano tienen fisuras. - Rhaenyra informó. Jace ya sabía lo de la mano, y pudo hacerse una idea de que Pandora no descansaba bien. Aún así sabía que el Maestre no podía decir lo que realmente la puso mal, después de todo no fue diferente a lo de Luke, sólo que ella reaccionó un poco agresiva.

El sonido de las sábanas, captaron la atención de los tres. Y en contra de todo pronóstico, Pandora estaba sentada en la cama, sus cabellos negros sueltos desordenados, y una cara que parecía de un muerto.

CALL OF SILENCE 『𝐉𝐀𝐂𝐀𝐄𝐑𝐘𝐒 𝐕𝐄𝐋𝐀𝐑𝐘𝐎𝐍』(EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora