Capítulo dedicado a:
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Le gustaban las manzanas.
Era su fruta preferida desde hace un tiempo, el sabor dulce que tenía al morderla, le parecía delicioso. Sentada en la mesa de la cocina, mientras algunas sirvientes y cocineros ayudaban con el almuerzo, ella comía una manzana de las tantas que habían en la canasta. Verónica, una chica de la servidumbre, de hecho, la única que le agradaba a Pandora de todas esas mujeres que habían nacido con una lengua de víbora que nadie podía callar. La miraba con una sonrisa.
Verónica le recordaba a su hermana, era dulce y cálida, ingenua y cómo cualquier chica de su edad -diecisiete años- enamoradiza como una doncella de un cuento.
Por no decir que Verónica estaba perdidamente enamorada de Jack. Y aunque Pandora era su mejor amiga y conocía a Jack desde los once y siempre la seguía a todas partes, ella no estaría haciendo de cupido, eso no era para ella. Por mucho que Verónica le hiciera ojitos de cachorro lastimado y le pidiera que la ayudara.
Aún seguía comiendo su manzana, indiferente de su alrededor como siempre, pero con los oídos totalmente agudizados, atenta a cualquier sonido, cuando Albert irrumpió cómo bestia furiosa a la cocina. E incluso pateo un barril con agua, tirando toda esta por la cocina. Asustando a Verónica y a la servidumbre.
- Albert.
Pandora lo miraba, molesta. Y el tono en su voz era una clara advertencia.
- Mierda. - Albert susurró, no se estaba esperando que su superior estuviera ahí.
- Limpia la cocina y vuelve a recoger el agua que tiraste. - ordenó, Albert bajó la mirada, avergonzado por su comportamiento. Pero aún así su enojo seguía.
- ¡Pandora, ese maldito de-
- Cuando se te pase el problema de ira que tienes, hablamos. Y no me grites, no estoy sorda.
Al se avergonzó más, ella tenía razón. Respiro tres veces, calmando su respiración y pidiendo disculpas a la servidumbre. Prometiendo limpiar todo y reponer lo que rompió.
Verónica le sonrió y le dijo que todo estaba bien. Pandora suspiró, esa niña era tan dulce, que perdonaba todos.
Eso, en el fondo, la preocupaba.
Albert se sentó con ella en la mesa, enterrando su cabeza entre sus brazos. Parecía bastante... ¿Derrotado?
- Muy bien, ¿Qué pasa? - preguntó, aún tragando manzanas. Albert la miró, alborotando con una mano su cabello castaño.
- Samuel es un imbécil.
Pandora aún seguía comiendo su manzana. Samuel Harnerd, un guardia de su edad y que creció con ellos, era un idiota, pero era un buen chico, bastante travieso, cómo niño pequeño. No preguntó que había hecho está vez como para que Albert -quien era bastante tranquilo- derribara un barril, sacando su ira. Y le gritara, cuando la respetaba como su superior, si Al no lo había dicho primero, sabiendo que era algo que al parecer quería quedarse para el solo, entonces ella tampoco preguntaría.
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CALL OF SILENCE 『𝐉𝐀𝐂𝐀𝐄𝐑𝐘𝐒 𝐕𝐄𝐋𝐀𝐑𝐘𝐎𝐍』(EN PAUSA)
De TodoRecuerda la primera vez que la vio. Fue una noche de invierno, la nieve no dejaba de caer, era fría y hermosa, como ella. Era apenas un niño y se había perdido por el bosque en un viaje que su familia había hecho. Recuerda el susto que se llevó al v...