Los Secretos de Annette

Capítulo 4

Pueblo Deerfield.

POV. Annette LeBlanc.

Es jueves, hemos vuelto a clases. Los pasillos del instituto Deerfield están abarrotados de estudiantes, la gran mayoría intentan aparentar lo contrario, pero la realidad es que el asesinato de la profesora es muy reciente, sigue siendo un tema de impacto para nuestra sociedad, aun es un misterio quien la asesinó, y lo más aterrorizante es... quien sea que lo haya hecho ¿vendrá por alguien más?

Michael, Harmonía, Adrián y yo tuvimos la primera clase del día juntos y ahora estamos en la cafetería para tomar el desayuno.

—Escuché a papá hablando por teléfono esta mañana con mi abuela, ella parecía realmente preocupada por el asesinato— comenta Harmonía.

—Todos lo están, no es muy normal que estas cosas pasen— dice Adrián.

—Sí, pero ya pasó, no debemos seguir hablando de ello a menos que quieran que su espíritu los visite esta noche por no dejarla descansar en paz— agrega Michael en un suspiro cansado.

Es agotador que este sea el único tema que todos tienen para hablar.

—Totalmente de acuerdo contigo— aparece Eris sentándose junto a Michael en la mesa. Le sonrío cuando me guiña el ojo. —Estás realmente guapa el día de hoy—Ruedo los ojos sin parar de sonreír.

—Tú siempre estás guapa— le guiño el ojo. Sonríe y saluda a los demás, Chlóe llega y también la saluda a ella.

—Mis padres estuvieron hablando con la policía— dice la rubia cuando se sienta en la mesa, mi mirada viaja a la suya al instante—. Encontraron rastros de cocaína en la chaqueta de la profesora, creen que pudo haber sido algún asunto pendiente con un dealer— agrega. Un pensamiento llega a mí, fugaz e inesperado, pero bastante lógico, con una idea colándose por mi mente.

—¿Un dealer? — pregunta Harmonía frunciendo el ceño, Chlóe asiente empezando a comer.

—Underworld— susurro, mi mirada se pierde en la mesa vacía de enfrente, pensando.

Deerfield es un pueblo rico, sí, pero existe un barrio lleno de pobreza, de gente mala con negocios turbios que se dedican mayormente al narcotráfico, ese barrio es llamado Underworld. Callejones de mala muerte, edificios abandonados y dealers en cada esquina. Ir allá es asegurarte problemas.

¿Por qué la profesora Mónica tendría problemas con drogas?

—Y no solo eso, había un pendrive en su bolsillo— vuelve a hablar cuando termina de masticar—. Hablaron de un vídeo, pero no lo sé, no dijeron sobre qué era.

Miro a Mike que observa con el ceño fruncido a la rubia. Trago el nudo que se había formado en mi garganta con un poco de agua y sigo comiendo inmersa en mis pensamientos hasta que llega el misterioso chico de ojos perturbadores.

—Hola hermano— saluda Adrián haciendo que mis ojos vayan directos al susodicho. Sigue usando las gafas oscuras, al parecer su ojo aún no ha sanado del todo. Él asiente con la cabeza y se sienta a comer. No saluda a nadie, Chlóe lo ignora, igual las gemelas.

No es que alguna de nosotras haga un gran esfuerzo por entablar una conversación con él, y personalmente no quisiera ser ignorada por Louis. Su aura emana un desinterés único sobre absolutamente todo lo que le rodea, a excepción del libro que saca de su bolso, de portada negra y letras doradas. Está en otro idioma, no logro reconocer cual es pero lo observo cuando comienza a leerlo.

Siempre está leyendo, noto.

Es un chico callado, nunca dice más de tres oraciones cortas en un mismo día, ni siquiera parece ser capaz de darte un mínimo de atención. Es él y su libro, nada más. Y aunque resulte fastidioso el no poder recibir ni un poco de su interés, me he sentido extrañamente atraída a todo lo que emana su aura.