Capítulo 5.

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Al otro día, Chan estaba decidido a hacer lo que era necesario.

Y ya no habría vuelta atrás.

Esa mañana llegó rápidamente al colegio y se ubicó en su asiento de siempre, en espera a que las clases comenzaran. Lo único que no se esperaba era que Felix voluntariamente se fuera a sentar junto a él. Chan pasó saliva nerviosamente.

一Hola, Channie. 一dijo el rubio, sentándose junto a él一. Puedo decirte así, ¿Verdad?

Chan asintió nerviosamente.

Durante toda la clase, Changbin no se apareció y Felix se la pasó pegado a Chan durante sus dos primeras clases.

Era como sí Changbin se hubiera esfumado, como sí hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Aquello parecía un sueño, uno del cual no quería despertar.

Mas eso, no duró mucho.

Al terminar las clases, Felix salió corriendo y Chan salió del aula casi detrás suyo, pero tuvo que desviarse al sanitario y entró, pero a la hora de caminar hacia el retrete, se topó con la figura de quien pensaba no vería ese día.

一¿Disfrutaste el pasar tiempo con mi perra? 一mencionó sarcásticamente el castaño一. Porque eso será lo último que disfrutes... Mejor, ¿Por qué no desapareces de la vida de todos? Nos harías un gran favor. Considéralo, Bang, ahí te dejé un pequeño regalito de mi parte.

Y nuevamente, Changbin salió del baño riendo a carcajadas. Chan ingresó al baño y se encontró una soga ahí, sobre la tapa del retrete.

La furia de Chan subió rápidamente. Estaba hecho, Changbin tendría su merecido, así que decidido, tomó la soga y se la colgó al hombro y salió camino hacia donde tendría que estar. El campo de fútbol.

Salió a prisa de los pasillos y se encaminó a su destino, donde logró divisarlo no muy a lo lejos, Felix lo abrazaba del cuello mientras Changbin mostraba aires de grandeza frente a sus amigos simios. Ellos al ver a Chan acercase, no pudieron evitar reírse y Changbin sólo torció la boca.

一¿Ahora qué mierda quieres conmigo?
一cuestionó riendo, pero fue lo último que pudo decir antes de recibir un puñetazo al rostro.

Felix soltó a Changbin al verlo caer al pasto, mas Chan no le dio tiempo de levantarse porque se colocó a horcajadas sobre él y comenzó a golpearlo, una y otra vez.

Los puñetazos no paraban y nadie hacía nada al respecto, todos se mostraban sorprendidos e impactados por lo que veían. El debilucho y don nadie, Bang Chan, golpeaba salvajemente a Seo Changbin.

Chan pudo notar cómo Changbin no hacía ya el intento de parar los golpes, al parecer estaba medio inconsciente y Chan estaba fuera de sí.

«Ve por la garganta.»

Fue lo que a su mente vino y el pelinegro tomó la soga que tenía sobre su hombro, la colocó alrededor del cuello de Changbin y comenzó a ahorcarlo con fuerza.

El castaño ponía ambas manos sobre la soga, tratando de quitársela, pero era inútil. La fuerza que usaba Chan en ese instante era tanta, que sus manos comenzaban a lastimarse por el contacto y la fricción de la soga sobre su piel.

La piel de Changbin comenzó a adquirir un tono morado y sin que lo pudiera notar, Chan era sujetado por dos maestros mientras Felix y la maestra iban a socorrer al castaño.

一¡Eres un monstruo! 一gritó Felix hacia Chan, con lágrimas cayendo sobre sus mejillas.

El pelinegro salió de su trance al escuchar eso y su corazón se estrujó. Observó sus manos, aterrorizado de sí mismo y negó repetidas veces.

El amor de su vida lo había llamado monstruo.
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