—¿Qué debería comer? ¿La ensalada césar con el jugo de manzana y tarta o macarrones con queso, jugo de naranja y gelatina?
—Tómate tu tiempo, aquí nadie tiene hambre —ironiza Víctor haciendo que Alexandra se sorprenda.
Es hora del receso y la mayoría de los estudiantes están haciendo fila para poder elegir entre las dos opciones del menú escolar del día.
—Lo siento... —Alexandra se disculpa.
—Esa es tu frase favorita, es lo único que escucho de ti —Víctor toma la bandeja con compartimientos típica de los almuerzos escolares y se adelanta a Alexandra para pedir su comida.
Por su parte, ella hace lo mismo y elige el menú que él prefiere. Los macarrones con queso, jugo de naranja y gelatina.
Ambos caminan a la par y se dirigen hacia la mesa donde está Julián quien al verlos les hace señas con las manos para que se sienten con él.
Hace dos semanas que se conocieron y han formado una amistad peculiar o como ellos llaman una relación deudor-acreedor. Sin embargo, al ser ella nueva en el instituto ha socializado con pocos en su salón y aunque extraño que parezca, siente más confianza con ellos.
Alexandra está en un curso distinto a los chicos, pero eso no es excusa para conversar en los tiempos libres o cuando la van a visitar a su clase causando revuelo entre las chicas.
Se sienten a gusto entre ellos y quieren mantener el equilibrio así. El rudo, el bueno y el bromista.
Por otro lado, durante los días que llevan conociendo a Alexandra, han descubierto que Julián y ella viven en la misma zona, así ambos regresan juntos a casa una vez se separan de Víctor e Iván.
Así poco a poco se ha vuelto cercana al trío de chicos que conoció en el parque y que ahora recuerda con una leve sonrisa.
—¿Qué tal tu día Alex? —pregunta Julián.
Alexandra gruñe y lo mal mira.
—Ya te dije que no me digas Alex, soy Alexandra.
—A mí me gusta más Alex, siento que me refiero a un chico si te digo así.
—¡Oye!
—Piénsalo, eres la única chica con quien compartimos nuestro tiempo. Así que por eso te llamamos Alex, para que seas parte del grupo.
—Estoy de acuerdo con él —dice Víctor—. Pero yo solo estoy contigo hasta que me pagues.
Alexandra —que desde ahora llamaremos Alex— se resigna y prefiere comer.
—¿Dónde está Iván?
—Sigue en la Sala de Cómputo —responde Víctor—. Seguro atormentando al profesor con sus preguntas.
—A veces él da miedo —Alex dice en voz baja recordando la loca idea de Iván para llevarla a la estación de policías.
—¿Hoy es tu entrevista? —le cuestiona Julián.
—¿Entrevista? —Víctor la mira—. ¿Para qué?
—Entrevista de trabajo. Lo poco que me dan mis padres se irá en ustedes, así que debo encontrar un trabajo de medio tiempo.
—¿Dónde es?
—En una cafetería cerca del instituto. Si consigo el empleo trabajaría tres veces a la semana de dos a seis.
Julián y Víctor asienten y siguen comiendo.
—¿Por qué no me dijeron que comeríamos los mismo? —reclama Iván quien llega con su bandeja de comida y se sienta junto a Alex.
ESTÁS LEYENDO
LOS CABALLEROS DE ALEX
Teen FictionAccidentalmente Alexandra conoce a tres chicos en su primer día de clases. Uno es muy rudo y con una actitud fría, otro tiene una personalidad inocente y el último le gusta jugar bromas. Con el tiempo ellos se convertirán en caballeros que defienden...