Path to Wonderland (Fics de TW con PTN)

Una Segunda Vez part.3

Andamos inspirados. A ver por cuánto tiempo xD

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Los rayos del sol entraban por la ventana real del soberano del Valle de Espinas y…unos golpes retumbaban en la puerta, el pie desnudo de la soldado intentaba deshacer el hechizo del que la tenía cautiva. Había puesto un hechizo en la puerta para que no pudiera abrirla nadie, solo él y Lilia, pero el fae de mechas fucsia aún no se aparecía con el desayuno. Incluso el sonido de la puerta había sido ahogado con otro hechizo para que no se escuchara.

Zoya: Es inútil. Al menos para mí, ¿Dónde rayos está Horo? Mejor aún, ¿Cómo rayos termine aquí? ¿Estarán bien?

Se dejó caer en la cama que había sido arreglada por ella. Ya había hecho algunos ejercicios de rutina, pero el hambre le estaba carcomiendo. Después de tanto tiempo al fin tenía ganas de comer algo de carne y un buen ron.

Zoya: Juro que lo mataré.

Miró la ventana fijamente hasta que una idea alocada vino a iluminar su energía. Podía saltar por ese gran ventanal que se abría de día. La distancia era considerable ya que era muy alta la torre, pero nada que ella no hubiera hecho.
Sin más salió por la ventana saltando y bajando por los muros, sujetándose fuerte de algunos pilares y al fin sus pies tocaron el césped. Se encontraba vistiendo un camisón blanco que pertenecía a Malleus y que le quedaba algo grande ya que el fae se había negado a darle ropa para que no escapara en ningún momento.
Se escondió entre los arbustos del jardín real, viendo unas hadas que vestían unas lujosas joyas y estorbosos vestidos. Eran damas del castillo que habían sido elegidas para volverse amantes del rey, pero ninguna había sido elegida por éste.

??: Parece que su majestad está de buen humor hoy.

Dijo una abanicándose con elegancia y gracia.

??: Es cierto. Es bueno ver el sol por fin.

Varios resplandores las rodeaban, eran pequeñas personas que arreglaban sus cabellos, accesorios o traían postres.

Zoya: Qué incómodo luce eso. Definitivamente son los años 1400.

Un grito de una de las damas le sacó de su conversación personal, pues aquella mujer que se mostraba molesta había aventado a una de las pequeñas haditas lejos.

??: ¡Te dije que era té de canela! ¡No de menta!

El pequeño resplandor dorado hizo una y mil reverencias pero lo único que ocasionó fueron insultos por parte de la de mayor estatura. Para ser una joven hada hermosa tenía muy mal carácter y mal vocabulario.
Estaba a punto de salir cuando llegó el soldado de la noche pasada, lanzando su típica voz alta.

Sebek: ¡Señoritas! ¡Guarden silencio y modales! ¡El joven maestro está en una reunión muy importante!

??: ¿Y tú quién eres para decirnos que hacer? Eres un simple mestizo.

El peliverde no se enfadó pero se veían algo humillado por lo dicho.

??: Vamos chicas. Busquemos diversión en otro lado. Aquí solo hay hadas inútiles y mugrosos mestizos.

Todo quedó en silencio con un soldado peliverde con la mirada en alto a pesar de la ofensa yendo a su puesto.
La pequeña hada dorada lloraba haciendo ruidos de pequeñas campanitas de cristal.

Zoya: Una mujer fuerte no se deja caer por eso.

La chica había salido de su escondite viendo a la pequeña criatura algo fascinada y también curiosa. El hada miró esos ojos azules afilados con lágrimas hasta que una imagen familiar se dibujó en su memoria. Su hada, su señora, había regresado de la muerte.