cuatro

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Jungkook había confirmado que pasar tiempo con Taehyung era agradable. Y está de más decir que el alfa estaba encantado con la compañía del omega.

Estaban en la casa del omega, era más grande que la que tenía Kim -aunque Jungkook aseguraba que la casa del alfa era más acogedora que la suya-, y era muy grande, así pasar tiempo juntos rodeado de su aroma era agradable.

Estaban comiendo el postre que Taehyung había llevado, en la mesa que el omega tenía en el patio, bajo un frondoso árbol que les daba sombra. El café acompañaba su tarde, hablando sobre temas triviales. 

Jungkook le había hablado a su familia sobre Taehyung.

Recibió comentarios despectivos y burlones. "Ya pasó tu tiempo, ese alfa podría conseguir algo mejor", dijo su primo alfa a modo de broma, y los demás rieron.

Su lobo estaba herido, su orgullo por el rechazo a sí mismo destrozado. Pero todo se recompensaba con la compañía del alfa, que, de forma inesperada había llegado a tocar la puerta de su casa.

Pantalones de vestir, camisa formal metida bajo el pantalón que se sujetaba con un cinturón y zapatos formales. Era encantador, especialmente si le sonreía de forma tan dulce con un ramo de flores entre sus manos.  Las arruguitas que se hacían por su sonrisa adornando su rostro, delicados lunares esparcidos en su piel.

Y su lobo.

Su lobo que lo llamaba, pidiendo pasar tiempo con él.

Los abrazos eran más constantes, se tomaban de las manos y el alfa era súper atento, un caballero.

El alfa con el que siempre soñó.

"Quiero ser tu alfa", le dijo Taehyung tras un momento de silencio, Jungkook guardó la respiración, procesando las palabras dichas por el contrario. "Te he estado cortejando por unos meses, y quisiera saber si me aceptas como tuyo, porque amaría serlo. Amaría besarte, apreciarte y tomarte, aceptar todo lo que venga de tu parte".

Jungkook llevó una mano a su pecho, sintiendo a su lobo emocionado como nunca antes, sonrió en grande. Taehyung amó verlo así de feliz.

"Sí quiero, quiero ser tu omega".

Alfa y omega se pararon donde estaban, abrazándose en el momento de la euforia.

Eran pareja.

Jeon Jungkook estaba teniendo su primera pareja a los cuarenta y cinco años.

Se vieron dulcemente, Taehyung acunando dulcemente el rostro de su -ahora- omega con su manos, acercó sus rostros, sintiendo al omega algo inquieto por el acercamiento, deleitándose con la vista de su pareja sonrojada y de ojos cerrados.

Finalmente, sus labios chocaron suavemente, sintiéndose por unos segundos. Mágicos segundos.

No sentían mariposas, ni alguna interpretación de esa sensación adolescente por los nervios de estar con la persona que te gusta.

Ellos se sentían felices, tranquilos estando juntos, la paz de sus lobos por fin encontrarse los llevó a sonreírse antes de volver a juntar sus bocas, moviendo suavemente sus labios en una sintonía casi torpe.

Las manos del alfa bajaron hasta la cintura del omega, de forma delicada, tratando de no incomodarlo por el toque. Jungkook suspiró al separarse nuevamente.

Estaban felices. Muy felices.

Tal vez debían tomarse las cosas con calma, darse su tiempo. Pero demasiado tiempo habían pasado ya separados, deseaban sentirse mutuamente.

Así que ahora, en la cama del omega, el alfa pidiéndole permiso a su pareja para seguir adelante, estaban a punto de dar el siguiente paso.

Jungkook estaba nervioso.

"Cuídame, por favor, lo creas o no es mi primera vez".

Recibió una sonrisa para tranquilizarlo, esperando que su omega se destensara para continuar, viendo primero la comodidad de su pareja antes que la de él.

Entre jadeos, respiraciones agitadas y el amor que se tenían, el omega terminó con una marca en el cuello.

Fue inesperado, pero estaba sumamente feliz. Se había privado de vivir toda su vida, pero aún le quedaba un futuro próspero al lado del alfa que amaba.

Su lobo nunca había estado tan en paz, ya no estaba triste, podía sentir el lazo que se iba uniendo a Taehyung, que justo ahora lo abrazaba por la espalda, ocultando su rostro en el cuello del omega, ambos cuerpos desnudos cubiertos por las sábanas que al día siguiente iban a cambiar.

Fue inevitable que Jungkook empezaran a sollozar bajito, no queriendo inquietar el sueño de su alfa, porque estaba tan feliz, y podía sentir la felicidad del hombre tras él a pesar de ya estar durmiendo.

Y no era su final feliz, porque aún tenía oportunidad de seguir adelante, de ya no privarse de las cosas que le gustaban, de explorarse a sí mismo, de disfrutar con su pareja, y aprender a amar a los hijos de Taehyung, unos muchachos encantadores que lo apreciaban por hacer feliz a su padre.

Por primera vez se sentía pleno, feliz, tranquilo consigo mismo.

Y esperaba seguir así, durmiendo con quien amaba.



AY HASTA ACÁ LLEGA, esta sí fue una historia muy corta. Habría querido desarrollarla muchísimo mejor, pero fue lo que salió. Disfruté escribirla, no es lo mejor de lo mejor, pero tuve la idea y chaz.

Espero que les haya gustado, al menos un poquito.

Siempre quise leer alguna historia del taekook más allá de los 40 (que no implique temas fetichistas), y nunca encontré uno.

Si desarrollé algo mal pido perdón, pero a fin de cuentas es diversión.

Cualquier errores háganmelo saber, y bueno, les tqm.

Al pasar los años ! Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora