La situación era, definitivamente, algo que no había imaginado ni en sus más fantasiosos deseos.
Kim Taehyung, un alfa viudo desde hace ya varios años estaba viendo al omega más hermoso que nunca pensó ver, ahí, frente de sí, se veía tan etéreo observando cómo el cielo iba tomando tonos naranja.
Se habría detenido a mirarlo por mucho tiempo, pero su mascota, Tannie, jaló de la correa desesperado por seguir caminando.
Lo vio dos, tres, cuatro veces más a la misma hora, en la misma banca, descansando. Y supo que no era coincidencia encontrárselo tan seguido.
Sus cincuenta años de vida y su lobo que, entusiasmado, le incitaba a acercarse al precioso omega le hicieron saber que su vida iba a cambiar en el momento que le hablara. Tenía el presentimiento que para bien.
El alfa, entusiasmado al igual que su lobo, decidió dar el gran paso. Así que ahora mismo se dirigía a la banca donde el dichoso omega se encontraba sentado viendo el cielo, esta vez sin Yeontan, porque uno de sus hijos se lo había llevado. Y sí, estaba en el parque sólo para ver al omega.
Posiblemente la diosa Luna estuviera de su lado, porque el omega lo sintió aún cuando estaba a unos metros de distancia. Taehyung no pudo hacer más que sonreírle. Esos preciosos ojos por fin lo estaban viendo a él, con algunas marcas de expresión alrededor de sus ojos. El alfa, a pesar de usar lentes, pudo ver cómo el omega se sonrojaba poquito.
El parque estaba algo solo, inusual para esa hora, pero lo agradecía pues tenía la certeza que el omega lo veía sólo a él.
Decidió retomar su paso, vio cómo el omega se cohibía al notar que se dirigía hacia él, apartando la mirada y pasando un mechónde cabello tras su oreja. Y pudo sentirlo, jazmines y fresas, tenía la certeza de que poseía esos olores. Sus flores y su fruta favorita.
Cuando estuvo frente a él observó sus manos, que jugaban nerviosas entre sí. No vio anillo, ni algún alfa presente en el omega. Cuello limpio.
Su lobo se sintió reconfortado ante eso.
El omega, por otro lado, trataba de ignorar al alfa que hacía parado frente a él. Lo estaba observando, lo sabía. Y no estaba seguro de por qué, pero estaba nervioso. Había convivido con alfas y rechazado a cientos de ellos a lo largo de su vida, y justo ahora un alfa lograba ponerlo nervioso con su presencia y su olor a limón con hierbabuena. Seguramente uno de los factores que lo ponían tan nervioso era, además de la imponente presencia, la inquietud de su lobo, que por primera vez en años lo sentía tan vivo, tan feliz y ansioso, esperando.
"Buenas noches, ¿puedo sentarme?" No usó voz de mando, pero se estremeció al escucharlo.
Volteó a verlo, aún sonriéndole, con marcas de expresión alrededor de sus labios por sonreír a lo largo de su vida, un lindo lunar en la punta de su nariz y unos ojos que sentía le examinaban el alma.
"Buenas noches. Claro, adelante" se hizo a un lado para que tomara asiento en la banca en la que siempre se encontraba a esas horas.
Taehyung, al escucharlo, sintió cómo su lobo movía la cola. Se sentó a la par del omega. Ambos viéndose, como si acabaran de descubrir un nuevo mundo, examinando sus rasgos, oliéndose disimuladamente.
Ya no era un adolescente, los adultos jóvenes le decían señor y tenía dolores de espalda y algunos problemas con la tecnología. Pero ahí estaba su lobo, moviendo la cola emocionado por el omega, como si aún asistiera a la secundaria.
"Seré directo con usted. Llevo viéndolo unos días por acá y llamó mi atención" habló el alfa.
"¿Yo?" Definitivamente no era algo que a estas alturas imaginó escuchar, al menos no un alfa que le era atractivo. Alfas jóvenes con fetiches raros o interesados solían insinuársele, pero definitivamente no estaba interesado en menores que él.
Este alfa, por el contrario, se veía más o menos de su edad, no tenía certeza. Su lobo emocionado, además de no sentir olor de algún omega sobre él lo hacían ilusionarse.
"Sí, usted. Así que permítame preguntarle su edad".
El alfa era tan imponente y su olor tan delicioso que su lobo empezó a soltar más feromonas, emocionado de que aquel alfa le viera tan bonito.
El alfa, en consecuencia, empezó a soltar feromonas para acoger al omega con ellas y no dejar que otro alfa que no fuera él lo sintiera.
"Tengo cuarenta y cinco, ¿y usted?" Dijo tímidamente y algo atontado por el baile de sus olores.
"Cincuenta" sonrió. Le parecía una deferencia de edad justa, aunque el omega definitivamente se quitaba algunos años de encima. "¿No tiene alfa, verdad?"
Jungkook, sonrojado, negó. Y vio cómo el alfa frente a él le sonreía aún más, feliz por la revelación.
"Mucho gusto, me llamo Kim Taehyung. Y, si me permite, me gustaría cortejarle."
"Pero-, ya no estoy joven. No puedo darle hijos ni tengo la belleza que tuve hace unos años" tenía miedo, y lo hizo saber, no conocía al alfa y no estaba seguro de aceptar el cortejo. Pero sí quería hacerlo.
"No estoy en edad de querer hijos, pero sí quisiera tener un futuro con usted, el omega más lindo que he visto en mucho tiempo".
El omega se sonrojó más, de ser posible.
"En ese caso, mucho gusto, soy Jeon Jungkook y me gustaría aceptar su cortejo".
Lanzó lejos sus inseguridades y por primera vez le hizo caso a su lobo, que ahora mismo movía la cola emocionado por imaginar en ese alfa cortejándolo.
Y el alfa sonrió más. Liberando más de su olor, inundando su nariz con el cítrico.
Se iba a arriesgar a encontrar el amor a sus cuarenta y cinco años.
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Al pasar los años ! Taekook
Fiksi PenggemarJungkook es un omega de 45 años, soltero, sin hijos, su vida amorosa siendo tan decepcionante como sus esperanzas de que su familia deje de molestarlo por su soltería. Siendo sincero consigo mismo, se siente solo, pensó que algún día llegaría su am...