Capítulo 5

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Aunque ahora estaba mucho más tranquilo, sabiéndose respaldado por sus dos colegas, aún había algo que lo tenía en una incertidumbre. No estaba seguro de cómo se tomaría Sonny su confesión, cuando ésta llegara. Todavía faltaba bastante para eso, porque quería hacer todo bien y regularizar su situación antes de intentar cualquier cosa con el coreano. De todos modos, deseaba compartir sus dudas con sus amigos para escuchar su opinión.

-Todavía hay algo que me tiene ansioso- comentó con un suspiro - Tengo que confesar que estoy muerto de miedo al imaginar lo que Sonny pueda pensar. ¿Y si me manda a la mierda?- preguntó con cara de perrito mojado.

-Es una posibilidad, pero no vas a saber si no lo intentás. Es como en los penales, hubo que ir a patearlos para salir campeón. El "no" ya lo tenés, así que nada que perder y todo que ganar. Además, según lo que vos nos contás, él parece un tipo serio. No creo que te haga la cruz para siempre si no te corresponde. Parece ser un profesional y eso no sería bueno para el equipo- opinó el diez.

Las palabras de Messi lo dejaron un poco más calmado. Estaba en lo cierto, tenía que sacar coraje y tirarse un lance*. No había otra opción.

Se produjo un silencio un poco incómodo y el loco de su amigo, quien no pudo soportar ni un minuto más sin decir alguna de sus ocurrencias, comentó sobre lo que vendría en su futuro.

-¡Wow!, ¡cómo te va a cambiar la vida, pibe! Va a cambiar la relación con los compañeros, las dinámicas familiares y ¡hasta la forma de cog...!- Emiliano no pudo terminar la frase porque el capitán, quien ya veía venir lo que iba a decir, le dio un codazo y le tiró una mirada fulminante.

-¿Qué? ¡Es verdad! O sea, ahora van a haber cositas que antes no había. ¡Es normal! - dijo el Dibu tratando de justificarse.

-¡Dejá de joder!, estamos hablando de algo serio y vos saltás con tus boludeces- lo retó el rosarino, intentando disimular la gracia que le había causado.

-¡No son boludeces! Como si tener sexo no fuera algo natural. No se van a agarrar de la manito nomás. ¿No es así Cuti?-.

Cuti, para ese entonces, ya se encontraba rojo como un tomate por la imagen mental que estaba teniendo en ese momento, acordándose de la foto que había visto antes de encontrarse con sus compañeros.

-¡Bueno, basta che! - exclamó La Pulga, notando la incomodidad del defensor, para poner un poco de orden - ¿Le vas a contar a los otros chicos cuando vengan? Nosotros somos una tumba, pero tendríamos que saber qué decir para no meter la pata*-.

-Sí, cuando estemos todos les voy a contar. Creo que es mejor que lo sepan, uno nunca sabe cuándo se puede necesitar de su ayuda- afirmó Cuti.

-Yo te prometo que si alguno se ríe o se hace el vivo lo voy a agarrar yo. Sino lo ponemos a Leo a decirle "¿Qué mirás bobo? Andá pa' allá" y asunto solucionado- dijo el Dibu, provocando la carcajada de los otros dos jugadores.

Cambiando un poco el clima, Cristian no quiso dejar pasar la oportunidad de expresar su gratitud con los muchachos. -Chicos, yo... la verdad que les agradezco muchísimo el haberme escuchado y entendido. Son de fierro*, hermanos-.

-Ni siquiera lo digas, para eso estamos. Sé que vos harías lo mismo si nosotros necesitáramos ayuda- afirmó Leo con una sonrisa.

Por suerte, ninguna de las dos estrategias del Dibu fueron necesarias, porque toda la Scaloneta, cuerpo técnico y ayudantes incluidos, sólo tenían palabras de apoyo hacia el cordobés. Había comprobado que realmente era parte de una gran familia, que iba más allá de lo deportivo.

Cuando regresó a Londres, comenzó con su plan de sincerarse con sus seres queridos. Empezó, como era de esperarse, con su mujer. Ella reaccionó completamente shockeada al principio, hasta llegó a pensar que era una broma de mal gusto, pero luego de una charla emotiva, comprendió su situación y le agradeció el respeto de haberse sincerado con ella antes de empezar algo con otra persona. Él, por su parte, le dio las gracias de todo corazón por haberle dado el mejor regalo que un hombre puede recibir, su hijo, y le dijo que era una mujer hermosa, por dentro y por fuera, que se merecía a alguien que le diera lo que él ya no podía. Ambos se desearon suerte para su futuro y prometieron estar presentes para el otro en caso de necesitar ayuda y priorizar siempre el bienestar de su pequeño bebé.

Con su familia de Córdoba, la situación fue similar. A su papá le costó un poco más asimilarlo, pero debido a su amor por su hijo, terminó por superar cualquier prejuicio que pudiera haber tenido.

Fue así que, habiendo aclarado los tantos, sólo restaba enfrentarse al último desafío: confesárselo a Sonny.




Nota:

Se viene, se viene... ¡Qué nervios! 🙊

*Tirarse un lance: arriesgarse.

*Meter la pata: cometer un error.

*Ser de fierro: ser alguien incondicional.

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