( c r a s h ) .
Duele.
Me concentro.
Entonces, en verdad puedo sentirlo.
Mi cabeza experimenta con el sonido, con cómo es que arde.
Duele y arde.
-Ty...- Logro susurrar, mientras intento mover un poco mi cabeza. Necesito hacer algo, si es que no quiero que sea ya demasiado tarde -Tyler...
Mi cuello logra movilidad cuando por fin lo obtengo, y mis ojos palpitan, mientras lentamente mi vista se abre. Miro a la derecha, sobre ahora, (a juzgar por el intenso dolor) mi tal vez fracturado hombro.
No está; su lugar está vacío.
Es ahí, en ése mismo instante, en que mi cabeza retumba mientras aún todo me da vueltas. Pues mis tímpanos explotan cuando mis oídos lo logran y mi audición ya es otra; las ondas viajan estridentes, comandos multiples trabajan llevando las señales a mi cerebro; mis neuronas atrapan ésas ondas sonoras intermitentes, que alertan y señalan que el cinturón de seguridad no ha sido colocado.
O, que ha sido removido cuando el auto aún estaba en marcha.
O, también puede que sea el simple echo de que los controles de seguridad se han vuelto locos con el impactó. Éso es: seguramente la computadora del auto se ha dañado de muerte; yo estoy dañado de muerte.
Aún y con todo, lo intento.
-Ah...- Me es imposible jadear.
En el momento en que mis débiles manos buscan el broche del cinturón de seguridad, puedo sentir un fuerte pinchazo. Genial, parece que mi muñeca derecha también se ha torcido bajo el reciente y fuerte agarre de mí hacia el volante.
Pero, no importa.
Debo hacerlo.
En verdad, no tengo otra alternativa. No voy a esperar hasta que alguien detenga su auto a la orilla de la carretera y se comparezca de mi alma, bajando por éste barranco, para intentar sacarme de aquí.
Y, ¿porqué? Es sencillo: Porque debo salvarlo.
Entonces, no me quejo más e intento. Comienzo a tirar con más y más fuerza, para intentar liberarme, aliviando un poco la tensión en mis piernas. Pero, también, necesito hacerlo con sumo cuidado pues, de inmediato, noto cómo el auto comienza a tambalearse.
-Oh, no-: jadeo.
Trato de seguir e ignorarlo.
En eso, caigo en cuenta: Porque lo que ha sucedido me golpea de frente, con crueldad, como queriendo ser tan malvado, transmitiendo tanto frío.
Mi espina dorsal cosquillea en genuino terror.
Todo yo se alimenta en pánico.
La alarma de su cinturón de seguridad no para de sonar y el del claxon igual, mientras una tenue luz roja baña de advertencia tal tragedia nuestra.
El color de la alerta cubre el que era su lugar a mi lado, y el ahora destruido tan lleno de grietas parabrizas. Es como si el cristal, por toda esas grandes fisuras, estuviese teñido en el mayor y profundo carmesí.Porque, sí: eso es sangre; su sangre.
-Oh, no- De nuevo, no lo puedo evitar.
Así que, ahora lo sé.
Y, por favor, le ruego a Dios y no sea verdad.
-Ty...- Es verdad.
Es como si mi cráneo crugiera, de igual forma que el cristal del parabrisas. Pero, dejo de estar paralizado, canalizo todo mi miedo por él y me remuevo.
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Smile¡ ( joshler).
Fiksi PenggemarSMILE! the worst is yet to come. ~parcialmente inspirada en el video-clip de Smile by Mikky Ekko. [vie., 21 de feb. del 2020; 15:49|| [sí, la imagen en portada la tomé yo. sí, es sangre real -no de un accidente pero... sí de un asesinato, krnal ahah...