Class fight || 2Hwang

[🥊] 06: Sangre

Hyunjin, después de aquello fue enviado a la dirección y sus padres fueron llamados, pero antes fue llevado a la enfermería donde atenderían sus heridas.

La enfermera retiró las vendas impregnadas de sangre dejando ver a Hyunjin el estado de sus manos. Éstas se encontraban de un fuerte tono rojizo, de su mano derecha notó cómo de la palma salía un poco de sangre.

No había entendido cómo sucedió todo, solo sabía que había perdido el control en cuanto lo tuvo ahí, indefenso, no entendía de dónde había sacado tanto valor y tanta fuerza para hacer todo eso. Pero de todo lo sucedido, lo único que le causaba satisfacción era recordarlo a él siendo ahorcado y verlo suplicar por oxígeno.

Ahora el mismo Choi Soobin conocía el sentimiento y sufrimiento que tuvo Hyunjin aquella noche bajo la ducha.

No había mejor satisfacción que el ver a tus enemigos pasar por el mismo sufrimiento que tú.

Pero Hyunjin creía que aún no era suficiente.

Soobin debía pagar por más.

Después de que sus heridas habían sido tratadas, fue llevado a la dirección y sus padres ya se encontraban ahí.

Con la cabeza gacha se acercó hasta el escritorio del director y se sentó junto a sus padres, el director del colegio se acomodó los lentes y tomó una mejor postura antes de hablar.

—No reparo en su comportamiento, señor Hyunjin, usted siempre había sido un alumno ejemplar... ¿Qué pasó con ello?

—Se fue al caño en cuanto él me golpeó e insultó —contestó.

—Creo que sabe bien que en esas circunstancias deberían acudir con nosotros. Ya sabe las reglas —indicó el rector con cierta molestia.

—¿Y cree que eso es suficiente? Todos los superiores piensan que hablando con ese tipo de gente las cosas se solucionarán por arte de magia —reclamó con cierto enfado Hyunjin, quien suspiró molesto—. Los tipos como Soobin hacen lo contrario, si los reportaba con los supervisores, ellos más tarde se desquitarán con uno, y eso nunca ha cambiado.

Los adultos escuchaban aquello atentamente, sin decir absolutamente nada. Hyunjin siguió hablando.

—En ese momento, mi cabeza me dijo que no me dejara y que le pegara hasta hacerlo sangrar —confesó el pelinegro—. Y pues, así fue, yo le pegaba y le pegaba y no lo veía sangrar, fue ahí donde no pude contenerme más. No hay excusa para lo que hice. Lo disfruté y lo volvería a hacer si tuviera la oportunidad.

La madre de Hyunjin bajó la cabeza mientras su padre veía fijamente el escritorio con los brazos cruzados, el director se recargó en su silla giratoria para después tomar unos papeles de su escritorio y aclararse la garganta antes de hablar.

—Debo dejar muy en claro que en este colegio no toleramos este tipo de conductas, por lo que me apena decir que está expulsado del colegio, joven Hwang —indicó el director decidido mientras le extendía unas hojas a sus padres—. Debo pedirte que saliendo de mi oficina saques tus pertenencias de tu casillero.

Hyunjin asintió mientras veía a sus padres firmar las hojas y demás. Al salir de la oficina, su madre no le dirigió la palabra, mientras que su padre solo palmeó su hombro.

—No tardes mucho, te vemos en casa —dijo su padre—. Sé cuidadoso, pero certero.

Y su padre se fue de ahí dejándolo con la duda sobre a qué se refería su progenitor con ello, pero algo era claro:

No iría solamente a recoger sus pertenencias...