𝐋𝐚 𝐎𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐅é𝐧𝐢𝐱 | 𝐌'𝐑𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫

Weasley Es Nuestro Rey

𝐓/𝐍 dudaba de su organización con cada sesión que realizaban.

Es cierto que los estudiantes no solo finalmente estaban aprendiendo defensa, sino que aparentemente también sobresalían en ella. Neville había desarmado con éxito a Hermione, Colin Creevey había dominado el Impediment Jinx después del arduo esfuerzo de tres reuniones, cómo Parvati Patil había producido una Maldición Reductora tan buena que había reducido a polvo la mesa que transportaba todos los Chivatoscopios. Los pros y las ventajas eran bastante inconmensurables. El odio tanto por Harry como por 𝐓/𝐍 disminuía con cada lección, y la satisfacción de Harry por lo que estaba haciendo delante de las narices de Umbridge hizo que mantuviera la calma durante esas horribles lecciones de Defensa Contra las Artes Oscuras con ella.

Aunque, había tal cosa como demasiado de algo bueno.

¿Iba demasiado bien?

El pensamiento disparó un aluvión eléctrico de nervios a través de su propio ser con cada lección. Encontró que su corazón se apretaba con cada pequeño sonido en los pasillos mientras caminaban hacia y desde la Sala de los Menesteres. El desgarro en sus entrañas siempre estuvo ahí... y nunca se fue.

Sin embargo, como siempre, hizo un buen trabajo al ocultar sus dudas constantes, y sus compañeros no se dieron cuenta de su retorcido conflicto. Tal vez la sensación divertida en sus entrañas era simplemente el leopardo, su nariz levantada en una posición cautelosa, durmiendo todas las noches con un solo ojo abierto, advirtiéndole del peligro persistente.

Por lo tanto, fue un alivio cuando a su maravillosa novia se le ocurrió un enfoque más seguro cuando se trataba de arreglar reuniones regulares. Parecía muy sospechoso cuando se veía a personas de diferentes Casas cruzando el Gran Salón para hablar entre sí con demasiada frecuencia.

Ella le dio a cada uno de los miembros del D.A. a Galeón falso (Ron se emocionó mucho cuando vio la canasta al principio, convencido de que en realidad estaba dando oro).

"¿Ves los números alrededor del borde de las monedas?" dijo Hermione, levantando uno para examinarlo al final de su cuarta reunión. La moneda brillaba gruesa y amarilla a la luz de las antorchas. "En los galeones reales, ese es solo un número de serie que se refiere al duende que lanzó la moneda. Sin embargo, en estas monedas falsas, los números cambiarán para reflejar la hora y la fecha de la próxima reunión. Las monedas se calentarán cuando cambie la fecha. , así que si los llevas en un bolsillo podrás sentirlos. Toma uno cada uno, y cuando Harry fije la fecha de la próxima reunión, cambiará los números en su moneda, y ponles un encantamiento proteico, todos cambiarán para imitar el suyo".

Un silencio en blanco recibió las palabras de Hermione. Miró a su alrededor a todos los rostros vueltos hacia ella, bastante desconcertada.

"Bueno, pensé que era una buena idea", dijo con incertidumbre, "quiero decir, incluso si Umbridge nos pide que vaciemos nuestros bolsillos, no hay nada Sospechoso de llevar un galeón, ¿verdad? Pero... bueno, si no quieren usarlos..."

"¿Puedes hacer un encantamiento proteico?" dijo Terry Bota.

"Sí", dijo Hermione.

"Pero eso es... ese es el estándar EXTASIS, eso es", dijo débilmente.

"Oh," dijo Hermione, tratando de parecer modesta. "Oh... Bueno... sí, supongo que lo es..."

"¿Cómo es que no estás en Ravenclaw?" demandó, mirando a Hermione con algo cercano al asombro. "¿Con cerebros como el tuyo?"

"Bueno, el Sombrero Seleccionador consideró seriamente ponerme en Ravenclaw durante mi Selección", dijo Hermione alegremente, "pero al final se decidió por Gryffindor. Entonces, ¿eso significa que estamos usando los Galeones?"