𝐋𝐚 𝐎𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐅é𝐧𝐢𝐱 | 𝐌'𝐑𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫

Despiadado

Harry se giró hacia la sencilla puerta negra. Después de meses y meses de soñar con ello, por fin estaba aquí.

'Vámonos,' susurró, y abrió el camino por el pasillo, Luna justo detrás de él, mirando a su alrededor con la boca ligeramente abierta.

"Está bien, escucha", dijo Harry, deteniéndose de nuevo a seis pies de la puerta. "Tal vez... tal vez un par de personas deberían quedarse aquí como un..."

"¿Y cómo vamos a avisarte que viene algo?" preguntó Ginny, con las cejas levantadas. '¡Podrías estar a millas de distancia!

"Iremos contigo, Harry", dijo Neville.

'Vamos a seguir adelante', dijo Ron con firmeza.

Harry todavía no quería llevárselos a todos con él, pero parecía que no tenía elección.

Se volvió hacia la puerta y caminó hacia adelante... tal como lo había hecho en su sueño, se abrió y cruzó el umbral, los demás pisándole los talones.

Estaban de pie en una gran sala circular. Todo aquí era negro, incluido el suelo y el techo; Puertas negras idénticas, sin marcas, sin manijas, estaban colocadas a intervalos alrededor de las paredes negras, intercaladas con ramas de velas cuyas llamas ardían de color azul; su luz fría y resplandeciente reflejada en el suelo de mármol brillante hacía que pareciera que había agua oscura bajo los pies.

"Alguien cerró la puerta", murmuró Harry.

Lamentó haber dado esta orden en el momento en que Neville la obedeció. Sin la larga rendija de luz del corredor iluminado por antorchas detrás de ellos, el lugar se volvió tan oscuro que por un momento lo único que pudieron ver fueron los montones de llamas azules temblorosas en las paredes y sus reflejos fantasmales en el suelo.

En su sueño, Harry siempre había cruzado resueltamente esta habitación hacia la puerta.

inmediatamente enfrente de la entrada y siguió caminando. Pero había alrededor de una docena de puertas aquí. Justo cuando estaba mirando hacia las puertas de enfrente, tratando de decidir cuál era la correcta, se escuchó un gran ruido sordo y las velas comenzaron a moverse hacia los lados. La pared circular giraba,

Hermione agarró el brazo de Harry como si temiera que el suelo también pudiera moverse, pero no lo hizo. Durante unos segundos, las llamas azules a su alrededor se desdibujaron para parecerse a líneas de neón a medida que la pared giraba a toda velocidad; luego, tan repentinamente como había comenzado, el estruendo cesó y todo volvió a detenerse.

Los ojos de Harry tenían vetas azules grabadas en ellos; era todo lo que podía ver.

"¿Qué fue eso?" susurró Ron temeroso.

'Creo que fue para que no supiéramos por qué puerta entramos', dijo Ginny en voz baja.

Harry se dio cuenta de inmediato que ella tenía razón: podía tan pronto como identifique la puerta de salida, localice una hormiga en el piso negro azabache; y la puerta por la que debían pasar podía ser cualquiera de las docenas que los rodeaban.

"¿Cómo vamos a volver a salir?" dijo Neville incómodo.

'Bueno, eso no importa ahora', dijo Harry con fuerza, parpadeando para tratar de borrar las líneas azules de su visión y agarrando su varita con más fuerza que nunca, 'no necesitaremos salir hasta que hayamos encontrado a Sirius. --'

"¡Aunque no vayas a llamarlo!" dijo Hermione con urgencia; pero Harry nunca había necesitado menos su consejo, su instinto era mantenerse lo más callado posible.

'¿A dónde vamos, entonces, Harry?' preguntó Ron.

—Yo no... —empezó Harry. Tragó saliva—. En los sueños, atravesaba la puerta al final del pasillo desde los ascensores hasta una habitación oscura, esa es ésta, y luego atravesaba otra puerta para entrar. una habitación que tipo de... reluce. Deberíamos probar algunas puertas", dijo apresuradamente, "Sabré el camino correcto cuando lo vea. Vamos".