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Capítulo 4

Capítulo 4

"Escuché que tomaste el té con las esposas nobles."

"... ¿Ni siquiera está siguiendo la etiqueta de la corte? Creo que al menos debería tocar y entrar, Su Majestad."

Fue solo entonces que Jenaden se dio cuenta de que se había precipitado demasiado ante el fuerte regaño de Sarubia.

Tan pronto como escuchó que Sarubia tenía una fiesta de té, corrió al palacio de la emperatriz. Como era una emperatriz que nunca había sido antes, Jenaden olvidó sus modales y entró en la habitación abruptamente.

"Emperatriz, ¿por qué hizo algo que nunca hizo?"

Sarubia sonrió, levantando la esquina de su boca.

"Algo que no haría... bueno finalmente hice lo que debería haber hecho hace tiempo."

Era estúpida y de lo único que se dio cuenta ahora fue sobre si misma.

"¿Pensó en lo que dije?"

"Eso..."

"Ayudaré a Su Majestad. No hay mentiras en eso, así que puedes estar tranquilo."

"No entiendo por qué estás haciendo esto de repente."

"Porque sé que Su Majestad matará a mi padre."

"No puede ser solo eso. Emperatriz."

"Su Majestad parece verme como una idiota. Puede preguntar a cualquiera en el palacio y preguntar. La mayoría de la gente sabe que Su Majestad y mi padre se mantienen con la guardia alta".

Pensé que ella no sabía nada.

Al parecer escuchaste los chismes de la gente susurrando. Solo entonces Jenaden se dio cuenta. Esta mujer, de pie frente a ella, subía que ya no era la Sarubia que sólo lo miraba como solía verlo antes.

"...Si. Tienes razón en eso. Aceptaré esa oferta."

Así que decidió tomar su mano. No sabe el por que del cambio de Sarubia, pero al menos pensó que no sería malo para él.

"Tratemos de hacer una buena cooperación. Su Majestad."

Habrá mucho trabajo duro. Habrá muchas barreras que superar. Pero ella parecía ser capaz de superarlo de alguna manera. Sarubia incluso se opuso a su propia muerte. Para que pudiera soportar lo peor.

"... ¿Qué vas a hacer ahora?"

Sarubia sonrió ante su insinuante pregunta.

"En primer lugar, quiero prepararme para el cumpleaños de Su Majestad. Hasta ahora, Su Majestad no me ha entregado nada de mis asuntos."

Los hombros de Jenaden se crisparon. Eso fue correcto. Nunca le entregó los asuntos de la emperatriz con el pretexto de otorgar su amor a Sarubia.

Porque quería que Sarubia viviera como su espantapájaro. Sin que ella sepa nada.

"... de acuerdo."

"Bien, gracias, Su Majestad."

Qué planes tienes en mente. Jenaden quería preguntar, pero mantuvo la boca cerrada.

Tal vez esta era una oportunidad de probarla. Quién sabe si realmente está de su lado o no.

* * *

Tan pronto como Jenaden le permitió prepararse para su cumpleaños, Sarubia se puso notablemente ocupada.

Sarubia, que nunca había sabido nada de las finanzas de su palacio, pasaba los días inmersa en un montón de papeles. Mientras procesaba el papeleo, Sarubia soltó una carcajada en blanco. Por supuesto, ahora tenía que hacer su trabajo como emperatriz.