Desayuno

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Bandit Heeler, un perro tan curioso para Fido, sólo lo había visto un par de veces y aún no podía creer lo bien que se llevaban. Bastaron tan solo tres sesiones de juego entre sus hijas para llevarse bien. "No creo que eso me haya pasado alguna vez", pensó Fido, emocionado por la idea. "Amigo", reflexionó en aquella palabra, no había tenido uno nuevo en mucho tiempo.

En el camino a la casa de los Heeler, Fido estaba contemplando cómo sus hijas estaban jugando entre sí en el camino. "Niña suertuda" pensó, él estaba genuinamente feliz de que Winnie tuviera una nueva amiga para jugar, ella por lo general sólo lo hace sola o con su padre sí es que no está en la escuela, y ocasionalmente cuando su hermana decidía acompañarlos también, lo cual era bastante raro.

Esto le hizo volver a los años ochenta, cuando aún era un niño pequeño que no tenía nadie para pasar el rato... Una época rara sin duda, y una que volvía cada cierto tiempo últimamente.

"¿Y hasta dónde viven ustedes?" Preguntó Bandit, devolviéndole la pregunta.

"Oh, está como a 20 minutos de aquí." Fido respondió con calma.

"Oh, hacemos casi la misma hora " señaló Bandit.

El trayecto continuó siendo tranquilo, no fue hasta que las manchas rosadas y moradas del cielo se desvanecieron completamente que él se dio cuenta de que estaban en su parada. Una vecindad circular y la casa de los Heelers estaban justo en el centro, era bastante grande, más grande que la suya hace algunos años.

"Tienes una casa bastante bonita aquí, compañero"

Tanto Fido como su hija soltaron un "woah" al mismo tiempo, solo que claro, Winnie gritó el suyo sin pena.

"¡Es más grande que nuestra casa, papá" Recalcó Winnie, corriendo a la puerta junto a Bluey.

Fido avergonzado apartó la mirada de Bandit, sabía que no había nada malo en eso, pero fue un poco incómodo para él saber que alguna vez tuvo una casa tan grande como él.

"Solo tuvimos algo de suerte cuando la encontramos. Mi hermano es agente de Bienes Raíces, así que eso lo hizo más fácil" confesó Bandit orgulloso de la hermosa casa que compró.

"Aún así, debo admitir que es preciosa" dijo el otro ahora con más confianza.

Ambos perros caminaron a la puerta. Bluey y Winnie movieron sus colas, emocionadas hasta la muerte de ir ya dentro y jugar todo el día en lugar de desayunar con sus padres.

Bandit giro la llave y Bluey gritó usando toda la capacidad de sus pulmones "Mamá, ya llegamos. ¡Quiero presentarte a mi amiga Winnie!" Bluey la arrastró hacia la cocina, todavía corriendo.

"Yo no sabía que ser arqueólogo pagara tan bien, tal vez debería cambiar mi trabajo. No puede ser tan difícil desenterrar algunos huesos" Fido bromeó, golpeando a Bandit con el codo de una manera juguetona. Bandit se rió.

"Hey, ser un zoólogo no puede ser tan malo, puedes ver un montón de cosas interesantes "ambos siguieron a sus hijas a la cocina.

Al entrar en el comedor, Bandit escuchó la magnífica voz de su esposa "Encantada de conocerte también Winnie, Bluey me ha dicho mucho sobre ti y tu papá" ella dijo, llena de energía.

"Encantado en conocerla, Señora Heeler, si me permite, su marido me ha hablado mucho de usted" le guiñó el ojo a Bandit, no había nada que él amara más que una buena pareja feliz.

"Oh, ¿En serio?" Chili respondió en un tono juguetón. Su mirada se volvió más tierna y bajó las cejas para ver más enamorada que nunca a él pastor azul. "Me alegro de que todavía hable de mí con la misma pasión que solía tener" bromeó, haciendo una pose bastante dramática con ambos brazos.

Oh Mr.HeelerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora