Secuelas

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Red caminaba por la oscuridad del bosque con tranquilidad. Los ruidos de la noche se mezclaban en una canción natural que parecía adormecer sus sentidos. No intentaba luchar contra esa extraña e inusual sensación de serenidad, sino que se dejaba consumir por ella...se sentía tan bien.

—¡GREEN!—gritó Blue de una manera tan desgarradora que debió haber provocado algún estado de alerta en Red, pero no fue así—Green, reacciona, por favor...¡Red! ¿¡Qué le hiciste?!

Su amiga lo miraba con los ojos llenos de lágrimas, pero Red no respondió, y sin ningún pesar continuó avanzando por el bosque, dejando a sus dos amigos atrás con solamente un objetivo en la cabeza.

Tenía en la mira a una cabellera dorada y ojos marrones que mostraban un horror incomparable.

—¡Yellow, vete de aquí! ¡Huye! —exclamó Blue y la rubia tras titubear un momento, dio media vuelta para adentrarse al bosque a paso veloz.

Red fue tras ella sin prisa. Le era fácil saber hacia dónde iba gracias a su pesada respiración y sollozos. ¿Por qué esto se sentía tan bien? Incluso lo hizo sonreír un poco.

Lo siguiente que escuchó Red fue un pequeño grito y después un golpe seco contra el suelo. Momentos después encontró a Yellow con un esguince en el tobillo tirada en el pasto. Ella, al cruzar su mirada con aquellos ojos rojizos se alteró todavía más. Incapaz de levantarse, fue arrastrándose hacia atrás para alejarse de él lo más posible, ensuciando su ropa y manos de tierra húmeda.

—Red, basta...—suplicó mientras el chico acortaba la distancia—. Red, tengo miedo. Te tengo miedo...¡A-Aléjate!

¡AAAAAH!

...

El frío atravesó a Red y lo hizo despertar sobresaltado. Estaba bañado en sudor y temblaba. El pecho se le contraía dolorosamente al respirar con tanta fuerza.

Estaba sucediendo otra vez. Aquella pesadilla recurrente que había tenido desde los últimos días.

Para Red comenzaba a hacerse costumbre despertar de aquella manera. Sin embargo, no entendía la razón. Al momento de abrir los ojos de golpe, era incapaz de recordar de qué trataba exactamente su sueño.

Gritos. Dolor. Oscuridad. Esas tres palabras se le venían a la cabeza al tratar de organizar inútilmente una gama nebulosa de imágenes en su mente.

La desconcertante ansiedad se negaba a dejarlo tranquilo a pesar de fallar nuevamente en recordar qué es lo que había soñado. No le permitía mantener la cabeza lo suficientemente despejada como para pensar de manera racional.

La luz de la luna llena se colaba por su ventana. Salió de la cama y se acercó a ésta dando tumbos, pegando la frente contra el frío cristal.

Finalmente comenzó a tranquilizarse. Su respiración se reguló, y sus brazos y piernas dejaron de temblar.

Cerró los ojos e inhaló profundamente.

¿Por qué? ¿Por qué continuaba sucediendo esto?

Tenía que significar algo, ¿cierto?

—Tal vez no significa nada—se dijo a sí mismo con un aire de amargura—. Simplemente es que no he podido superar lo que sucedió...

No debía culparse por no poder hacerlo. Después de todo hace un par de meses los Dex Holders de varias regiones habían tenido una de las batallas más importantes de sus vidas: Una isla de Alola había sido completamente destruida, lucharon contra ultraentes y una de sus compañeras terminó perdiendo la vida en el encuentro final...

Pokespe: Last HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora