CAPITULO 50.

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Soo Bin escuchaba atento lo que aquel alfa decía, le parecía lógico lo que había dicho sobre querer un bebé, pues siempre había temido quedarse solo.

Lo que no terminaba de entender, era como aquel alfa y él pudieron enamorarse tan de repente con el problema que Tae Hyun había creado.

—¿Cómo se llama la bebé?

—Eun Ji. —no pudo evitar sonreír ampliamente al recordar a su pequeña y adorable niña. —Y es hermosa. En todo el tiempo en el que estuviste dormido nunca balbuceó ni mucho menos dijo una palabra, pero cuando la traje y trate de mostrarte sus pasos, ella se acercó a la cama y dijo mamá. Supongo que reconoció tu aroma.

—¿Mi aroma?

El alfa asíntio. —Mientras estabas dormido me recomendaron envolver a nuestra hija con tus prendas, o tenerlas cerca de ella, para que no te olvidará.

—Ya veo.

—¿Quiéres conocerla? —El alfa estaba emocionado, pero el Omega se veía un poco nervioso, incluso se podría decir que algo incómodo. —Descuida. Será cuando estés listo.

Tae Hyun iba en camino al kinder en donde el pequeño Eun Sang estaba estudiando, solía ser así, cuando Beom Gyu no podía recogerlo, Tae Hyun lo hacía

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Tae Hyun iba en camino al kinder en donde el pequeño Eun Sang estaba estudiando, solía ser así, cuando Beom Gyu no podía recogerlo, Tae Hyun lo hacía.

Después de la visita con los padres de Beom Gyu, el Omega se veía un poco más aliviado. Ya se habían mudado a la casa que el rubio había comprado para Beom Gyu y para Eun Sang, había planeado que sería para ellos solamente, más sin embargo vivían los tres juntos a petición del Omega, pues había convencido al rubio de quedarse, diciéndole que no quería estar solo en aquella casa, que aún le asustaba la idea de estar solo.

Beom Gyu había comenzado a trabajar, no era un trabajo de planta, pero cada vez que lo solicitaban en aquel lugar, la paga era muy buena, se podría decir que valía la pena.

En cambio Eun Sang iba de maravilla en la escuela, sus notas eran buenas y tenía muchos amigos con los que jugaba y se divertía.

El alfa bajo del coche y espero a que las maestras le entregaran al pequeño, quién al verlo dibujo una amplia sonrisa y se acercó corriendo.

—Hola campeón. —saludo agachandose y abrazando al pequeño. —¿Cómo te fue?

—Hice muchos dibujos. —el menor lo tomo del brazo y comenzó a jalarlo suavemente. —Ven conmigo.

—¿A dónde?

—Yu Na, Yo Han —dos pequeños voltearon curiosos. —Él es mi papá.

Al escuchar esas palabras saliendo de la boca del pequeño, el rubio no pudo evitar sentir una enorme emoción, que el pequeño lo considerara como su padre le parecía algo lindo.

—Hola. —saludo la pequeña. —¿Dejaría a Eun Sang ir a mi fiesta de cumpleaños pasado mañana?

—¿Fiesta de cumpleaños?

SOLO QUERÍA UN BEBÉ ~ YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora