Capítulo I

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En el aula de la mítica clase 1-A, nuestro peliverde preferido concentra toda su energía en comprender lo que el profesor Aizawa está explicando en la clase de hoy, es algo sobre la historia de Japón que sinceramente le provoca más bostezar que interés.

Ya están cursando el tercer año, por ende ahora realmente son la clase 3-A, lo que lo hace el más tenso y emocionante de todos.

Sus ojos casi se cierran para quedarse dormido, igual que otros compañeros, de no ser porque Katsuki le da un golpe en la rodilla estirando su brazo hacia atrás. Justo en el momento adecuado cuando Aizawa voltea su vista a la clase, apartándola de la pizarra, listo para capturar sin piedad al que se atreva siquiera a hacer un suspiro de aburrimiento.

La víctima de esa clase es el pobre Kirishima, quien ya duerme inevitablemente escondiendo su rostro en el libro de historia, un truco barato para su profesor quien no duda en usar una de sus vendas para quitarle el libro y dejárselo caer con algo de molestia en la cabeza. 

Al final la clase termina cuando el reloj marca la hora de receso, todos salen disparados luego de que su profesor se marche. Algunos con ganas de por fin distraer su mente, de terminar alguna tarea pendiente antes de la próxima clase o simplemente comer algo.

Izuku decide quedarse unos minutos para terminar de copiar lo que Aizawa estuvo escribiendo en el pizarrón, si no entendió nada por mero aburrimiento, al menos estudiará por cuenta propia en su habitación para el examen. 

— Deku-kun, ¿te quedarás? —Uraraka se acerca a él para preguntarle, aunque ya sabe la respuesta puesto que el pecoso no se ve con intenciones de guardar su cuaderno e irse con ellos. Es simple educación y costumbre.

— Sí, adelántense ustedes, no tardaré mucho. —responde con una sonrisa.

La castaña asiente y se aleja para irse con el resto de su grupo de amigos. Todos los demás también se marchan quedándose completamente solo, Izuku no pierde más tiempo, toma su bolígrafo listo para terminar de hacer sus apuntes de esa clase.

Mientras lo hace, sus ojos se desvían hacia el asiento vacío delante suyo, el de su amigo de cabello rubio claro. Inevitablemente su mente empieza a divagar respecto a este chico, una sonrisa se dibuja en su rostro al recordar su mejorada relación de amistad con Katsuki.

Después de vivir cosas tan intensas e inolvidables a sus cortas edades, ambos han establecido una mejor comunicación. Los dos maduran y aprenden cada vez más, al igual que todos, pero Izuku siempre va a destacarlos a ellos dos entre los demás.

Antes apenas y soportaban mirarse durante las clases, luego tuvieron el reto de vivir bajo el mismo techo, eran como el perro y el gato, ríe entre recuerdos. Sí, el rubio era quien más iniciaba las peleas pero admite que él también lo hizo alguna vez, pues vamos, eran unos tontos pubertos que no sabían o no querían saber cómo avanzar como compañeros.

Es increíble y gratificante que ahora puedan vivir tranquilamente en la residencia, sus entrenamientos personales junto a All Might continúan, sirviéndoles demasiado no sólo en sus avances como héroes, también en el progreso de su amistad.

Conocen bien sus dones, sus debilidades y sus ventajas, disfrutan mucho entrenar juntos aunque no lo digan directamente.

No sólo han conocido más sus dones, también sus personalidades, Izuku no sabía que a Katsuki le gustan y es competitivo en los videojuegos hasta que un día lo invitó a su habitación a jugar eso precisamente. Mientras que Katsuki no conocía el lado fanático de Izuku por un videojuego clásico llamado The King Of Fighters.

Así que ya no es de extrañar verlos llegar de sus clases o entrenamientos, apresurándose en ducharse y cenar para jugar algunas partidas retadoras. O cuando se dan apoyo en cuanto a tareas, clases, etc.

Tú, Yo y Él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora