Capítulo 1.

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Seattle

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Seattle.
























































































El sonido de la leve lluvia se podía apreciar en aquel lugar el silencio era tanto que el mismo respirar se podía escuchar claramente, pero lo que más sonido provocaba era el tecleo constante de la computadora y quién la utilizaba era un hombre alto, de cabellos negros y ojos cual sangre que debía ocultar a la vista de los demás sino quería ser descubierto, la puerta de aquel lugar fue abierta dejando ver a la secretaria de aquel hombre, que no se movió de su lugar así como tampoco alzó la vista.

—Disculpe la interrupción jefe, pero ya es hora de salida.— dijo teniendo medio cuerpo dentro de la habitación y con cierto miedo hacia el hombre.

Alzó su mirada de la computadora y presto atención a la mujer parada a un lado de la puerta, rubia, de ojos café claro y piel blanca, linda para cualquiera menos para el, solo le recordaba a cierta persona.

—Te puedes retirar entonces, yo me quedaré a terminar el trabajo de hoy.— respondió de una manera sería y cortante siguiendo con su trabajo.

—Eh... está bien jefe, me iré llendo, a por cierto tenga mucho cuidado al irse.

Eso le extraño mucho, pues la joven no era de decirle aquello, así que preguntó.

—¿A qué te se refiere señorita Amelia?.— la joven se fue un momento y regreso en seguida entrando por completo a la habitación viendo nuevamente el periódico de ese día.

—Al parecer a habido muchos asesinatos y secuestros en Seattle, y la policía cree que es una asesino serial y que puede que en algunos días el asesino expanda su territorio de asesinatos.— explico y relato lo que había visto y leído en las noticias mientras le daba aquel periódico.

El hombre lo tomo y de manera veloz, comenzó a leer las noticias de aquel lugar, le llamo la atención la cantidad de desaparecidos y cuerpos sin vida de personas, además de que la policía no tenía ninguna pista de quien podría ser el asesino.

—¿Y ya dieron con el culpable?.— pregunto sabiendo la respuesta.

—No a un no, la policía dice que el criminal oculta bien sus huellas.

El asintió y siguió leyendo el periódico, por los datos que daban sabía perfectamente que se trataba de un vampiro que estaba acechando su territorio.

—Bien, puedes irte Amelia.— despidió a la chica dejando de lado aquel periódico.

—Si, claro jefe hasta mañana y que descanse.

Inmortal [Jasper Hale]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora