Ana
Ya pasaron unos minutos y todavía nadie me dice nada
— en dónde están los demás — pregunto viendo a la señora Dolores
— se llevaron a Paco y a Miklo
— qué? A dónde, vamos por ellos — digo poniendome en pie
— mi esposo ya intento hacer algo pero no logro nada, Miklo se va a ir a prisión en cuanto se recupere y Paco... Paco se va a ir al servicio militar
— y por qué Miklo no?
— porque mato a una persona — contesta ella — escucha se que ustedes tenían lo suyo pero... Miklo mato a alguien y Paco no
— es que Miklo...
— intenté hacer lo posible — dice el señor Mano con voz firme — no pude hacer nada, no te preocupes no te correremos ni nada, te quedarás aquí el tiempo necesario
— gracias — contesto en un hilo de voz — me puedo retirar?
— si pequeña — dice la señora Dolores — en una semana podrás ir a ver a Miklo, por tres meses estará en el hospital para el próximo año se lo llevan a San quintin y Paco no estará aquí tres meses así que no te preocupes por usar su habitación
Digo que si con la cabeza y me retiro a la habitación serrando la puerta tras mi espalda y de repente otra vez las lágrimas y mi enojo comienzan a tomarme
«yo no puedo hacer nada...»
— Que va a ser de mi sin ti, que voy a hacer — la cula me está matando mientras me dejó caer pegada a la pared — eres mi todo y te voy a perder — la punzada en la cabeza me duele pero mi corazón me duele más
Me quedo dormida en la cama
Me desperté de la misma manera en como me acosté ayer, nadie había venido a verme. Salí de la habitación y estaba la señora Dolores haciendo el desayuno
— en que le ayudo — pregunto en un momento
Juanito y el señor Mano me miran
— en nada, ya está todo listo — responde con tono más tranquilo
— Ana podrías acompañarme con mis amigos, dice mi mamá que no puedo salir solo — dice Juanito tomando lo último de su jugo
— deja a Ana, Juanito ella tiene que descansar
— no pasa nada señora, yo lo acompaño, estoy... — «es mentira» — no tengo problema con amopañar a Juanito, a qué hora para estar lista
— yo te aviso, ya me voy a la escuela — se levanta de la mesa y me abraza — gracias hermanita, te puedo decir así?
— si está bien — respondo devolviéndole el abrazo
En mucho tiempo nadie que no fuera Miklo me había abrazado de ese modo como si fuera de su familia, mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas
— ya vete, o se te va a hacer tarde Juanito — digo mientras me separó y volteo a otro lado para quitarme las lágrimas
Juanito se va, y el señor Mano me voltea a ver,pero no como antes con cara de pocos amigos
— Ana no te ves bien, todavía tienes esa mirada de shock — me dice mirándome — tienes que descansar, no pasa nada si Juanito no sale se le olvidará en poco tiempo
— no de verdad yo lo acompaño, necesito despejarme
— y si intentan algo Anita? Preferiría que te quedarás aquí a salvó
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UN AMOR DISTINTO
Randomestá historia es un fan fic que se me ocurrió apenas, no es algo muy serio