cap 7

248 16 2
                                    

Ana

Voy de camino al hospital, todavía estoy procesando el echo de que no veré a Cruz un tiempo... por lo menos a él lo voy a visitar con más frecuencia que a Miklo... quito ese pensamiento rápidamente. Llegó al hospital justo a tiempo para las visitas

— es el primer cuarto a la derecha - me dice la enfermera

Llegó a la habitación

— hola Cruzito — digo con una sonrisa forzada

— hola Ana, cómo estás? Porque no están aquí los demás, — se me queda mirando — que te paso en la cabeza?

Le cuento lo que pasó después de que el entro al hospital con alguna que otra lágrima

— y me siento enojada, triste con miedo, siento muchas cosas en un solo momento

— no puede ser... — dice con extrañeza — me resulta difícil entender

— si no solo a ti — lanzo un pequeño suspiro - tengo miedo

— tranquila Anita, todo va a ir bien ya verás, cuando salga de aquí te juro que te ayudaré

—no es necesario que sientas lastima por mi, desde mucho tiempo atrás he tenido que sobrevivir por mi misma

— somos familia Anita, no solo por Miklo si no también por la marca que ahora no tengo pero en cuanto pueda la tendré otra vez — mira a la nada — deberías juntarte más con Chuy y Frankie

— si lo he pensado, pero me es muy difícil, me da miedo que nos ataquen otra vez, si otra persona sale herida por mi culpa

— nadie sale herido por tu culpa, nosotros decidimos por nosotros mismos y si lo hacemos es porque te queremos Anita, y los vas a necesitar

— lo intentaré

Pasó un largo rato hasta que se acabó el tiempo y me fui

Ya pasó una semana y voy a ver a Miklo al hospital por primera vez desde lo que pasó, le siento nerviosa en en fondo

— Anita — dice la señora Dolores recogiendo los platos — no voy a poder acompañarte a ver a Miklo pero lo saludas de mi parte si?

— está bien — respondo llevándome mi plato

Después del día que vino Paco no supe de él, seguía con rencor contra el, Dios mío ese hospital está más lejos que en el que está Cruz. Llegó al hospital pero no tengo que decir nada porque tengo una ficha que autoriza que pase.

Abro el cuarto. Se me hace un nudo en la garganta al ver a Miklo tan vulnerable en esa cama de hospital

— como estás? — pregunto mirando a otro lado

— mejor creo, estoy tratando de entender que estaré mucho tiempo en prisión

— quería comentarte algo sobre eso... — tomo aire — ahí está mi padre y tal vez podrías buscarlo, te podría ayudar, — bajo ola voz — bueno solo me se su apellido pero aún así creo que lo encontrarás — me clavo las uñas en las manos, me estoy mareando — no tengo nada — susurro sentándome en el sillón que hay a un lado — es por el golpe

— relájate, hermosa no creo que me valla tan mal en prisión ya tengo experiencia

— si pero la vez pasada no estaba yo, no estaba preocupada por ti porque ni siquiera te conocía, —  una lágrima recorre mi mejilla — tengo miedo Miklo

— acércate, — me dice sentándose — no tiene que tener miedo vas a estar con los demás y está mi mamá, no te va dejar de lado bonita

— si tienes razón, algo así me dijo Cruz, de todos modos creo que me empezaré a juntarme más con los demás

UN AMOR DISTINTO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora